Wilson A. Bentley, quien pasó más de cuarenta años examinando y fotografiando copos de nieve a través de un microscopio jamás encontró dos exactamente iguales. Su diseño singular, geométrico y complejo nos dejan extasiados. Y aunque los científicos dicen que ninguna ley de la naturaleza impide su repetición, nunca se han encontrado dos idénticos.
Sencillamente el azar no gobierna la Creación. El amor, el propósito y la unidad proveniente de un amoroso Creador impregna mediante su espíritu todos los rincones del universo.
Entonces observamos claramente una Mente maestra detrás de ese milagro. Pero debemos meditar en un hecho que se nos escapa: Cada copo de nieve es singular, es único. Esto significa que Dios diseña cada copo de Nieve. Solo observemos el diseño de cada copo. ¡Y hay millones de millones! Qué esto sea una realidad que supere a nuestro entendimiento no debería mermar en lo más mínimo nuestra fe.
Pero alguien podría preguntar, ¿acaso Dios ya dejó de crear al finalizar su día séptimo? En realidad Jehová dejó de trabajar en hacer prototipos (los primeros tipos) de las formas de vida para la Tierra. El ha seguido trabajando en las series posteriores de estos prototipos. Pensemos en el ser humano.
Cada ser humano es único e irrepetible en toda la eternidad. ¿Es una casualidad cada persona que nace? ¿Somos un accidente? ¿Es nuestra vida un accidente o un regalo deliberado de Dios? Si Dios se preocupa de diseñar un copo de Nieve, ¿acaso no lo hará con la maravilla que somos? Ciertamente cada uno de nosotros es más valioso para los ojos de Dios de lo que podemos imaginar.
Somos fruto del amor de Dios. De hecho, él te imagino personalmente. ¿Puedes haber amor más grande? Eres su hijo, su propósito, su promesa y una esperanza. Esto significa que puedes tener una relación personal con tu propio Creador. Búscalo y lo hallarás.
Puede que preguntes, pero soy tan imperfecto, ¿cómo Dios pudo haber pensado en mí? No confundamos las cosas por falta de perspectiva. Nuestro cuerpo imperfecto sea gordo, flaco o enfermo y limitado es la herencia de nuestros padres terrestres. Tu personalidad, identidad y persona interior es tan única en toda la eternidad como lo es tu huella digital y tu ADN. Eres único y valioso en toda la eternidad, hasta el grado que Dios envió a su Hijo por ti.
No creamos las mentiras de aquellos que dicen que no somos valiosos para Dios. Esas enseñanzas son satánicas y pretenden que creas que no le importas a Dios y que tienes que buscar tu propio camino egoísta. Durante toda la historia el Diablo ha luchado por separar al hombre de su Creador.
Hoy Satanás dirige una batalla para enfermar a la humanidad de forma mental y espiritual. Se bombardea a la gente con pensamientos de miedo, temor, preocupación, inferioridad, depresión, etc. De esa forma se hunde a la humanidad y se le hace gobernable. Luego se le entregan formas de evasión como vicios, placer y ambiciones. De esa forma los demonios han sometido y esclavizado a la humanidad durante siglos.
”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas. Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad. (Mateo 6:33,34)
A medida que nos acercamos al fin de este sistema de cosas éstas cosas deben grabarse a fuego en nuestro corazón. Solo al comprender la verdadera realidad, nuestra auténtica naturaleza y relación con Dios, evitará que caigamos en la trampa del temor y la desesperación que dominará a mucha gente durante la Gran Tribulación. Entonces el mundo se maravillará ante vuestra templanza y fuerza interior. Mantendremos la serenidad y el valor porque nos sentiremos seguros en la manos del Creador de un inmenso universo. Nada nos hará retroceder. Jehová lo transformará a usted en un gigante. Desde ahora ensaye ponerse en las manos del Todopoderoso y hacer su voluntad.
Comprender también que Dios ama a cada ser humano (aunque odia el pecado y el mal) nos hace mantener en alto la predicación. Que Dios se preocupe de cada ser humano a nivel individual nos recuerda que él no quiere que nadie sea destruido. La razón es que cada hombre y mujer es único e irrepetible en toda la eternidad. Jamás habrá otro hombre igual a otro. Si una persona escoge el camino de la muerte eterna es una tragedia terrible en el universo. ¿Comprendemos ahora por que es tan importante la predicación?
Mientras tanto, hagamos lo que podamos para reconciliar a la gente con su Creador. Cuando te encuentres con gente desconocida y conocida en el servicio u otra faceta mira más allá de las apariencias superficiales y prejuicios mentales que nos estorban. Mira su rostro y ve la historia única detrás de esos ojos. Quizás hay tragedias, victorias, sueños y esperanzas. Te darás cuenta de cuan únicos son y los comenzarás amar de verdad. Ya no lo harás por un sentido de deber, sino por que lo sentirás de corazón. Te acercarás a como ama de verdad Jehová.
Con el tiempo, muchas características negativas que nos desagradan del prójimo las veremos como infantiles y ya no nos ofenderán tanto. El amor y la compasión superaran a nuestros prejuicios y los trataremos con sabiduría, prudencia y paciencia.
Nunca olvidemos nuestra herencia y maravilloso futuro. Al nacer cada bebé sobre la Tierra, Dios quiere que tenga un lugar en su Paraíso. Dependerá de él o sus padres lograr eso. Pero Jehová ciertamente tiene un lugar para usted en el Nuevo Mundo. Un propósito que excederá cuanto nos hemos imaginado. ¿Podemos imaginar mayor amor?
Solo en el Nuevo Mundo, la verdadera y única realidad final podremos ser realmente felices. El Nuevo Mundo es el destino y lugar del hombre. Este sistema de cosas no es nuestro auténtico hogar. Es una falsificación. No dejemos que esta falsa realidad nos entrampe y nos prive de ver la verdadera realidad por venir.
En el Nuevo Mundo cada habitante de la Tierra podrá desarrollar sus potencialidades. El hombre es un diamante en bruto que por estar esclavizado a este sistema no puede desarrollar todo su ser y brillar en esplendor. No cambiemos el premio por las falsas luces de un mundo que está por desaparecer. Nuestras vidas serán maravillosas en el Paraíso. Pero aún hoy día podemos ser un poco más felices. Desde ya hagámonos amigos íntimos de nuestro amado Creador.