“¡Miren!, envío mi mensajero, y él tiene que despejar un camino delante de mí. Y súbitamente vendrá a Su templo el Señor [verdadero], a quien ustedes buscan, y el mensajero del pacto en quien se deleitan. ¡Miren! Ciertamente vendrá”, ha dicho Jehová de los ejércitos”. (Malaquías 3:1).
¿Se ha preguntado alguna vez por que se escogió un solo episodio de la niñez y adolescencia de Jesús para ser narrado en la Biblia? Sin duda deben haber existido otros episodios extraordinarios de esos años, pero la decisión Divina de escoger el relato de los 12 años y la visita al Templo para registrarlo en la Biblia tiene su razón de ser. Al respecto, un artículo de la Revista la Atalaya comentó:
“Algunos lamentan que solo haya en las Escrituras un episodio de la niñez de Jesús. No obstante, suele ignorarse la trascendencia que tiene. Se encuentra en Lucas 2:46, 47: “Después de tres días lo hallaron en el templo, sentado en medio de los maestros, y escuchándoles e interrogándolos. Pero todos los que le escuchaban quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas”
“Cuando los padres de Jesús entraron finalmente en la escena, “quedaron atónitos”. (Lucas 2:48.) Robertson explica que el verbo griego traducido con esta frase significa “golpear afuera, echar afuera mediante un golpe”. Agrega que José y María “quedaron ‘sacudidos fuera de sí’” por lo que vieron y oyeron. En un sentido, Jesús ya era un maestro asombroso. En vista del incidente del templo, la obra de Kittel dice que “Jesús ya da comienzo en la niñez al conflicto en el que sus oponentes acabarán teniendo que rendirse”.
“¿Por qué es este incidente de Jesús con los maestros del templo el único relato que se destacó de sus años de muchacho? Porque supuso un cambio trascendental en la vida de Jesús. Con unos 12 años de edad, pasó a ser, según la terminología judía, “hijo del mandamiento”, haciéndose responsable de observar todos los preceptos. Cuando María se quejó a Jesús de que los había angustiado a ella y a José, recibió una respuesta de su hijo que dio a entender que conocía el carácter milagroso de su nacimiento y el futuro mesiánico que le esperaba. Así lo insinúa la observación de que Dios era su Padre en sentido muy directo: “¿Por qué tuvieron que andar buscándome? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?”. También es digno de mención que estas son las primeras palabras de Jesús que se refieren en la Biblia, y muestran su conocimiento del propósito que tenía Jehová al haberlo enviado a la Tierra. Por ello, todo este episodio reviste una gran importancia. (Lucas 2:48, 49.)” (Atalaya 95 15/10).
Claramente el proceso de recobrar la verdadera identidad celestial fue gradual, y a los 30 años Jesús recuperó totalmente esa "memoria celeste". No obstante, desde los 12 años empezó un proceso de reconocer que su verdadero Padre era Dios. Claramente la visita de Jesús al templo a los 12 años fue trascendental y nos recuerdan que esta pudo haber sido la primera aplicación de la profecía de Malaquías citada arriba.
Es interesante que ese episodio extraordinario ocurrió en el año 12 E.C. (Jesús debió haber nacido entre el año 2 a.E.C y el año 1 a.E.C). Esto significa que en el año 2012 se cumplirán 2000 años desde aquella visita de Jesús al templo, y pase lo que pase ese año, tendremos ese aniversario número 2000 de ese suceso.
Pero, ¿Qué podría significar esto? ¿Volverá de alguna forma el Mesías a dar consideración a la Tierra? ¿Vuelve esta vez a ver el templo espiritual ya terminado? Recordemos que probablemente el 2012 el Modelo Cronológico del Santuario estará terminado. Esto involucra que el Templo del Israel de Dios estará sellado y completo. Sería apropiado que el Hijo del Hombre dirija su atención al grupo ungido para reunir a los escogidos en la parte final de la Gran Tribulación: “Y entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y entonces todas las tribus de la tierra se golpearán en lamento, y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y él enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él desde los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta su otro extremo”. (Mateo 24:30,31)
“Pero ¿quién estará soportando el día de su venida, y quién será el que se mantendrá en pie cuando él aparezca? Porque él será como el fuego de un refinador y como la lejía de los lavanderos” (Malaquias 3:2).
“Aun suponiendo que haya vivido mil años dos veces y sin embargo no haya visto lo que es bueno, ¿no es a un solo lugar adonde todos van?
Todo el duro trabajo de la humanidad es para su boca, pero aun su propia alma no se llena”. (Eclesiastés 6:6,7)
Todo el duro trabajo de la humanidad es para su boca, pero aun su propia alma no se llena”. (Eclesiastés 6:6,7)
La humanidad recibió el regalo del Hijo de Dios, pero ha despreciado las cosas buenas. Es cómo un hombre que ya ha vivido mil años dos veces (2000 años) y no cambia. Curiosamente habrán pasado 2000 años el año 2012 de la visita al Templo de Jesús.
También un relato de la vida adulta de Jesús nos puede ayudar. Hablando también del Templo y la relación consigo mismo él dijo:
“Por lo tanto, en respuesta, los judíos le dijeron: “¿Qué señal tienes para mostrarnos, ya que haces estas cosas?”. En respuesta, Jesús les dijo: “Derriben este templo, y en tres días lo levantaré” (Juan 2:18,19).
“En respuesta, les dijo: “Una generación inicua y adúltera sigue buscando una señal, mas no se le dará ninguna señal, sino la señal de Jonás el profeta. Porque así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así el Hijo del hombre estará en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:39,40).
¿Habrán tenido otro significado más amplio estas palabras de Jesús?
El apóstol Pablo nos da más luz:
El apóstol Pablo nos da más luz:
“En seguida, el fin, cuando él entrega el reino a su Dios y Padre, cuando haya reducido a nada todo gobierno y toda autoridad y poder. Porque él tiene que reinar hasta que [Dios] haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies. Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada”. (1 Corintios 15: 24-26).
La Biblia dice que mil años son un día para Jehová (2 Pedro 3:8). Y quizás las Palabras de los 3 días aludan (en un sentido amplio o Cósmico) a 3 mil años que terminan al final del último milenio cuando la muerte (el mismo enemigo que derrotó a Jesús por tres días humanos) es aniquilada para siempre. Esto sucede al final de los mil años.
Entonces, sería lógico que pasaran 3 milenios desde el año 12 cuando Jesús visita al Templo. Los dos milenios terminan en 2012 y el último milenio en 3012. El milenio final podría comenzar en 2012 cuando el Templo o cuerpo de Cristo está terminado y solo quedan mil años para derrotar a la muerte. ¿Será otra prueba indirecta que nos apunta al mismo periodo que nos aparece constantemente?
Ahora afírmese en su asiento: Hay un periodo simétrico inverso de 3000 años que empiezan con la Creación de Adán (4026 a.E.C) y terminan en 1026/1027 cuando Salomón completa el primer templo humano para Jehová y lo dedica. Increíble.
El primer periodo de tres mil años comienza con Dios dándole la vida a Adán y termina con el Templo. Y el segundo periodo inverso empieza justamente con la visita de Jesús al Templo y termina con la muerte derrotada. ¿Simetría perfecta en el tiempo?
Nota: Pinche la imagen para un entendimiento más claro.