miércoles, 3 de junio de 2009

Reflexiones: Sobre la naturaleza perfecta


¿Podrían los ángeles rebeldes haberse arrepentido? Si Satanás y sus huestes se dieron cuenta de que su proyecto había comenzado mal, ¿por que no se arrepintieron? ¿Por que seguir con una locura hasta nuestros días?

Mucho se ha discutido por los teólogos si los ángeles rebeldes podían arrepentirse o no. En realidad para entender este asunto debemos ver las cosas en la perspectiva de los ángeles, algo muy difícil para nuestra naturaleza humana.

Nosotros, los seres humanos, somos imperfectos, indecisos y erramos constantemente en nuestras reacciones y decisiones. Éstas para ser bien tomadas deben pasar el filtro del esfuerzo, la reflexión, el razonamiento y la confianza. Y aún así a veces igual erramos. Cuando cometemos un error en nuestras decisiones ya sea por falta de juicio o apresuramiento, experimentamos el sentimiento del Arrepentimiento. Pero como habremos notado esta reacción es solo para los seres imperfectos que cometen errores llamados “mecánicos”, debido a nuestra carga imperfecta. *
Nota: Claramente hay personas imperfectas que cometen errores intencionales, pero está la posibilidad de que se arrepientan. Esto no sería posible en seres perfectos.

Los ángeles y los seres perfectos son tan efectivos en sus decisiones y acciones que las toman con un juicio superior, de forma automática. Son perfectos en tomar decisiones y acciones. Por eso, en sus decisiones no experimentan el sentimiento de la duda, la incertidumbre, la inseguridad o el arrepentimiento. ¡De lo contrario no serían perfectos! El miedo, la inquietud, y la incertidumbre mental son parte del estado de la naturaleza imperfecta. No de una naturaleza perfecta.

Recordemos también que los ángeles adquieren la información de golpe. Absorben todo el conocimiento sobre un asunto de golpe y lo procesan rápidamente y de forma eficaz. Es así como pueden saber hasta el más mínimo detalle de nuestras vidas solo al observarnos durante poco tiempo. De esta forma hasta pueden imitar a un difunto. No, como nosotros que usamos la fuerza del raciocinio y la voluntad para aprender, como el esfuerzo para leer estas mismas líneas. Por lo tanto, cuando los ángeles toman una decisión son tan perfectos en esa toma de decisión que llegan a ser automáticos y no dan marcha atrás. De lo contrario, no serían perfectos y experimentarían el arrepentimiento. Puede que nos cueste entender esta naturaleza superior, tal como a ellos también les cuesta entender la naturaleza inferior del miedo, el pánico irracional, el hambre, el frío, la existencia de los niños, o la división de sexos entre hombre y mujer.

Cuando Satanás, los ángeles e incluso Adán y Eva (siendo perfectos y libres) tomaron su decisión lo hicieron de manera tan efectiva y segura que ya no tenían marcha atrás (la marcha atrás es de seres imperfectos). Eran perfectos hasta en esa misma decisión. Claramente al pecar perdieron el estatus de la norma universal de perfección, pero siguieron experimentando las mismas reacciones con las cuales fueron creados. No podían cambiar esa naturaleza para decidir, aunque se hayan equivocado en esas decisiones. Sin embargo, desde el punto de vista de la norma suprema de Dios para el bien y el mal estaban equivocados. Los rebeldes desde su punto de vista no estaban equivocados sino que hacían uso de la libertad. Se sintieron seguros en lo que hicieron porque además lo realizaron de forma inteligente y bien pensada. No fue un fallo mecánico sino intencional. Hasta el fallo fué "perfecto".

Por eso los ángeles y seres perfectos no pueden arrepentirse. No está en su naturaleza. Solo nosotros podemos experimentarlo. Por eso eran tan delicado que Jesús no pecara. Todo el plan de salvación para la humanidad habría naufragado. Para él significó tener mucho cuidado el estar en un mundo imperfecto con la posibilidad de pecar. Debe haber sido como caminar con los pies descalzos en medio de miles de vidrios rotos. Era sumamente difícil. Por lo tanto, cuando se nos pida que imitemos al Cristo, no salgamos con esa típica frase: "bueno él era perfecto". No nos imaginamos lo difícil que debe haber sido vivir como perfecto en un mundo lleno de seres imperfectos.

Ahora bien, cuando Jesús apareció en el meridiano de los tiempos, y Satanás quizo entrampar a Jesús, la rebelión quedó lista para ser terminada cuando el Cristo regresara como Rey poderoso. Era evidente que ya no había marcha atrás.

Algún día entenderemos plenamente estas cosas. Y mil años más tarde al experimentar en la carne lo que es la perfección tendremos el desafío que tuvieron los ángeles, Adán y Eva, y el Cristo.