lunes, 24 de agosto de 2009

"El que estén adquiriendo conocimiento de Ti, el único Dios Verdadero"


¿Quién es Dios?

Es esencial adquirir conocimiento de Dios. Desde pequeños nos preguntamos por el propósito de la vida y quién es Dios. La Biblia revela que El es el Hacedor de todas las cosas. Su nombre hebreo (Jehová), significa "El Causa que llegue a Ser". Es un Dios de Propósito y a cada una de sus criaturas le puede otorgar un trabajo y una asignación. Al conocerlo en intimidad, la vida realmente adquiere sentido.

El Padre es tan inmenso que mide "los mares en el hueco de su mano y los universos en la distancia de un palmo". Es Él quien está sentado sobre todo el universo. Es El quien extiende los cielos como un manto y los ordena para que sean habitados. Cuando medites en Jehová, reflexiona en la grandeza del universo, los inmensos soles y galaxias que no se accidentan ni sufren angustia. Y si Dios que es inmensamente más grande que su propia creación, y la controla con sabiduría y amor, ¿acaso no podrá sacarnos de la angustia mental y la preocupación indebida?

Cada día debemos aprender a confiar en nuestro Padre. Cada amanecer, cada momento de tu vida, ponte en sus manos. Lucha por la fraternidad entre las personas. Lucha por la tolerancia y por la justicia. Lucha por los débiles. Él se encargará del resto.

El Padre Universal no es un ser humano, con largas barbas blancas, como a veces lo pintan sus criaturas. Pero el ejemplo es válido. Él es el Dios de toda la creación. Debemos pensar en Él como un Creador. Después como un controlador. Por último, como un Apoyo infinito. La verdad sobre el Padre Universal empezó a despuntar con claridad sobre la Humanidad cuando Salomón dijo: "¡Mira! Los cielos, sí, el cielo de los cielos, ellos mismos no pueden contenerte; ¡cuánto menos, pues, esta casa que yo he edificado!”—1 Reyes 8:27. No hay ningún problema tan grande que el Apoyo Infinito no pueda iluminar.

Las criaturas que conocen realmente a Dios no tienen más que una ambición suprema, un único y ardiente deseo: el de parecerse en su propio mundo a lo que Él es en su perfección paradisíaca personalizada. El ser reflejos en escala humana e imperfecta del Gran Creador.

Él no impone ninguna forma de reconocimiento, ni de culto oficial, ni de adoración a las criaturas dotadas de inteligencia y voluntad. Lo importante es que, en lo más hondo de nuestros corazones, le reconozcamos, le amemos y le adoremos.... voluntariamente. El Creador rehúsa ejercer una prepotencia en el libre arbitrio espiritual de sus criaturas materiales y, mucho menos, forzarlas a la sumisión.

¿Sabéis cuál es el don más precioso que el hombre puede entregar a Dios?

La consagración amorosa de la voluntad humana a la del Padre. De hecho, es el único don válido que el hombre puede ofrecer a Dios. El hacer la voluntad de nuestro Padre lo es todo. En Él, los humanos viven, se mueven y tienen su existencia. Ése es el verdadero culto, que satisface plenamente la naturaleza del Padre Creador, dominado por el amor.

Cada día aumenta tu relación con Jehová Dios a través de la oración. En los díficiles momentos que enfrentará la humanidad, solo la relación estrecha con Dios otorgará serenidad y tranquilidad. Haz que tus oraciones sean intensas y significativas, llenas de agradecimiento y admiración por tu Padre Celestial.