jueves, 27 de agosto de 2009

¿Existe aún la Inquisición?


"Oh dificultades que soportar, clama el cobarde, el veleta, el que carece de ánimo, aquel que tiene la cabeza llena de pájaros. La tarea no es imposible, aunque sí difícil. El pusilánime debe hacerse a un lado. La tareas fáciles son para las personas vulgares. Los hombres excepcionales, heroicos y divinos superan las dificultades del camino y arrancan una palma inmortal de la necesidad. Tal vez no llegues a alcanzar tu meta, pero aun así corre la carrera. Invierte tus fuerzas en tan alta empresa. Sigue luchando con tu último aliento".

Giordano Bruno
La cena del miércoles de Ceniza

La mañana de su ejecusión en el año 1600, Giordano Bruno fue visitado por miembros de la Hermandad Misericordiosa de San Juan el Decapitado, un grupo que atendía a los herejes en un último intento por lograr aquello que la Inquisición no había conseguido, es decir, devolverlos mansamente al seno de la única fe verdadera. No obstante, aquel fraile impenitente no se retractó y fue quemado en la hoguera.

En mi biblioteca de trabajo tengo en la pared la frase célebre de mi admirado Giordano. En momentos de tirar todo por la borda, siento que ha sido providencial leerla. Dejando de lado al campeón de todos: Jesús de Nazaret, a Giordano Bruno lo considero un avatar, uno de aquellos seres que no tenían que haber estado en aquella época. Eran personajes del futuro, nacidos en una época equivocada.

Este mártir del pensamiento sufrió una tortura atroz y muerte en la hoguera por manos de la iracunda obsesión religiosa fundamentalista, que, pienso no ha variado en muchos. Este dogmatismo terco también persiste incluso en algunos círculos duros de la ciencia. Giordano defendió la idea de Copérnico en el sentido que no era el Sol el que giraba entorno de la Tierra, sino que ésta lo hacía entorno del Sol. Además amplió su visión sobre la posición de la tierra en el universo, visión que con el paso del tiempo será confirmada.

En 1950 Harlow Shapley, astrónomo estadounidense, retoma el pensamiento de Bruno diciendo: "Ningún campo de investigación es más fascinante que una investigación de carácter humano, o de algo relacionado con la humanidad, por las felices regiones repletas de misterio más allá de las barreras del espacio interestelar. Hasta donde podamos afirmarlo, en todas partes prevalecen las mismas leyes físicas. Las mismas reglas son aplicadas al centro de la Vía Láctea, en las remotas galaxias y en las estrellas más cercanas al Sol. En vista de la existencia de una física y química cósmicas ¿acaso no podemos confiar en que hay en todas partes animales y plantas? Esta idea parece ser del todo razonable y a no tardar diremos que parecerá inevitable".

Giordano Bruno, murió por señalar que la Tierra no era plana ni el centro del universo; y por agregar que había vida en otros planetas que giraban en torno a otras estrellas o soles; vida en muchos casos superior ética, física y moralmente a la nuestra; además de explicar lo ilógico de la doctrina de la Trinidad y por ideas que sacaron chispas en las jerarquías católicas, que no tardaron en enviarlo a la hoguera, tal como enviaron a las llamas a muchos traductores intrépidos de la Biblia e investigadores sinceros que se atrevieron a desafiar al dogma. A estos mártires que lucharon por la verdad van dedicadas éstas líneas.

El 17 de febrero de 1600, Bruno era quemado vivo en Roma, acusado de herejía. En la hoguera en el "Campo de Fiori" en Roma la santa ignorancia humana basada en el paradigma de moda no podía soportar simples verdades actuales como estas. A leer éstas verdades no puedo menos que asombrarme ante lo avanzado del concepto de aquel hombre. Insisto, creo que él no era para aquella época. Sólo con leer éstas líneas uno lo comprueba:

El Sol no gira en torno de la Tierra ni la Tierra es el centro del Universo. El universo no está sometido a un destino rígido, sino que se encuentra en permanente cambio y progreso siguiendo un orden fijado desde la eternidad por Dios. Lo superior y lo inferior están ligados por una sola y misma vida que es infinita e inagotable. Si bien los individuos son innumerables el Todo es Uno y conocer esta Unidad es el objetivo de toda sabiduría y de toda contemplación. Todo hombre lleva la presencia del amor heroico, de esta fuerza infinita que proviene de lo Uno, y que permite al hombre soportar dolores, transformar al mundo y plasmar sus ideales.

Debemos Limpiarnos y hermosearnos, no solamente nosotros, sino también nuestras estancias y nuestros techos han de estar pulidos y claros; debemos purificarnos interior y exteriormente. El Universo es eterno en el tiempo, infinito en el espacio y en constante cambio. El Universo es infinito e inmenso con un número infinito de mundos habitados con formas de vida y seres inteligentes que moran en otros planetas. En un Universo infinito, el espacio, tiempo, tamaño, peso, movimiento, cambio, sucesos, relaciones y perspectivas son siempre relativas a cualquier marco de referencia. Si uno se imagina flotando alejándose de la Tierra, al acercarse uno más y más a la Luna, ésta crece mientras que la Tierra deviene más pequeña. Desde la superficie lunar, la Tierra es la que parece un satélite, mientras que la Luna parece tener el tamaño de nuestro planeta. Y así sucede con la perspectiva inmensa de la creación. Llegamos a ser una partícula en la eternidad y la inmensidad.

Nunca debe valer como argumento la autoridad de cualquier hombre, por excelente e ilustre que éste sea. Es sumamente injusto plegar el propio sentimiento a una reverencia sumisa hacia otros; es propio de mercenarios o esclavos, y contrario a la dignidad de la libertad humana sujetarse y someterse; es suma estupidez creer por costumbre inveterada; es cosa irracional conformarse con una opinión a causa del número de quienes la detentan. Por el contrario, es preciso buscar siempre una razón verdadera y necesaria, y escuchar la voz de la naturaleza y la lógica de la propia creación de Dios”. (Giordano Bruno).

La revista ¡Despertad! del 8-8-1990 comentó sobre lo revolucionario del pensamiento de Bruno: “Giordano Bruno, filósofo del siglo XVI, se atrevió a desafiar el concepto de que las estrellas “están como incrustadas en una sola cúpula”. Escribió que eso era “una noción ridícula, propia de niños, quienes quizás se imaginan que si [las estrellas] no estuviesen sujetas a la superficie celeste con un buen pegamento, o con clavos muy resistentes, caerían sobre nosotros como granizo”. Y como en aquellos días discrepar de Aristóteles era peligroso, la Iglesia hizo quemar a Bruno en la hoguera por diseminar sus ideas poco ortodoxas sobre el universo”.

Lo mas importante es que el tiempo ha probado todas éstas declaraciones, y no ha sido al revés, qué éstas declaraciones hayan sido fantásticas. Al contrario, la observación astronómica y la ciencia lo ha confirmado.

La ciencia y la observación han confirmado “las visiones” de aquellos visionarios y “locos” de antaño que pagaron con su vida por declarar estas verdades. ¡Qué vergüenza para la humanidad el haber ejecutado a sus propios avatares del conocimiento acerca del cosmos!

Bruno (al igual que lo haría después Isaac Newton) tenía conceptos e ideas tachadas de herejes por el Clero. Además, Giordano inventó un sistema y concepto mental de mnemotecnia (arte de la memoria y visualización) que es idéntico a la idea del Windows de los computadores actuales. Bruno había hablado de una especie de "carpetas" que abrian ventanas en la mente para aumentar nuestra capacidad de archivos.

Es cierto que Bruno no alcanzó a comprender la totalidad de las enseñanzas bíblicas a nivel pleno, y fué víctima de su época oscura, pero a diferencia de Galileo, tuvo el valor de proclamar sus verdades a riesgo de ser quemado en la hoguera, lo cual sucedió.

El 19 de Febrero de 1600, tras ocho años de prisión y cruel tortura, Giordano Bruno es quemado vivo en el Campo dei Fiori (Roma).

¿Por que la humanidad se obsesiona por destruir y aborrecer a sus lumbreras?

Y en otra esquina de mi pequeña biblioteca, tengo la siguiente frase:

"Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres." - Albert Einstein

Es interesante la frase de Einstein. El dijo "grandes espíritus", no dijo "grandes mentes", reforzando que el corazón es lo más importante. Solo basta con observar cuanto fariseo y saduceo cerrado de mente y corazón se toparon con Jesús, hasta que lo ejecutaron.

La tradición tanto en la ciencia como en la religión es un sendero fácil y un refugio seguro para las almas tibias y temerosas, incapaces de afrontar las duras luchas del espíritu y de la incertidumbre. Tanto la religión como la ciencia necesitan de una autocrítica audaz para evitar fosilizarse y morir.

Los hombres de fe viajan siempre por los difíciles océanos, a la búsqueda de nuevos horizontes. Los "dogmáticos" se limitan a costear o fondean sus inquietudes al abrigo de puertos limitados, impropios de «navíos» que han sido hechos para audaces y lejanas tierras.

Quizás la inquisición aún exista, quizás sea más sutil, pero siempre los precursores estarán allí como "faros", aunque muera uno, otro tomará el relevo.

Dedicado a los sinceros buscadores de la Palabra Profética, la Religión del Espíritu, y la Ciencia Audaz y abierta de mente y con corazón recto.