domingo, 30 de agosto de 2009

Importante: "El misterio de los 153 peces"


¿Por qué razón varios pasajes bíblicos nos dan datos, longitudes, fechas, y cantidades sin una aparente aplicación? Esto sin duda nos recuerda los simbolismos y las cantidades de las “sietes espigas y los siete años de hambre y prosperidad”, y otros cuantos ejemplos bíblicos.

A continuación vamos a analizar una posible aplicación de un pasaje que siempre me ha intrigado. Es el relato de la tercera aparición de Jesús resucitado a los apóstoles en el Mar de Galilea. ¿Por qué razón Juan incluye en su relato detalles tan específicos (y aparentemente intrascendentes) como la distancia entre la barca y la orilla y la cantidad de peces recogida por la red? Si esencialmente el corazón del relato es otro, ¿Por qué dar esos detalles? Y algo más inquietante. El evangelio de Juan fue completado en el año 98 E.C. Habían pasado 65 años desde el año 33. ¿Por qué el Espíritu Santo hizo recordar a Juan esos detalles? Si ni en el relato Lucas 5 (escrito mucho antes), cuando se habla de una pesca durante el ministerio de Jesús, no se dan esos detalles, ¿Por qué hacerlo en este relato de la Resurrección en el evangelio de Juan? ¿Hay varias “lecturas” dentro de algunos pasajes bíblicos? ¿Tienen significado profético?

Analicemos el relato:

“Después de estas cosas Jesús se manifestó otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberíades; pero hizo la manifestación de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro y Tomás, que se llamaba El Gemelo, y Natanael de Caná de Galilea y los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Ellos le dijeron: “Vamos también nosotros contigo”. Salieron y subieron a la barca, mas durante aquella noche no pescaron nada”. (Juan 21: 1-3)

La expresión destacada en negrita se parece mucho a la frase del siguiente relato: “Mientras los hombres dormían, vino el enemigo de él y sobresembró mala hierba entre el trigo, y se fue” (Mateo 13:25). Claramente la noche en donde no se pesca nada representa al periodo de oscuridad que duró varios siglos desde la muerte de los apóstoles y en donde prácticamente no se pesca nada durante aquella noche. No hay recolección masiva de peces o cristianos verdaderos. Esto ocurrió desde la muerte de Juan hasta el año 1919 cuando los cristianos comienzan la siega masiva y la recolección final de los peces.

“Sin embargo, justamente cuando estaba amaneciendo, Jesús estuvo de pie en la playa, pero los discípulos, por supuesto, no discernieron que era Jesús. Entonces Jesús les dijo: “Niñitos, no tienen nada de comer, ¿verdad?”. Le contestaron: “¡No!”. Él les dijo: “Echen la red al lado derecho de la barca, y hallarán”. Entonces la echaron, pero ya no podían sacarla a causa de la multitud de peces. Por lo tanto, aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”. Entonces Simón Pedro, al oír que era el Señor, se ciñó su prenda de vestir de encima, porque estaba desnudo, y se lanzó al mar. Pero los otros discípulos vinieron en la barquilla, pues no estaban lejos de tierra, solamente a unos noventa metros de ella, arrastrando la red de peces. (Juan 21:4-8)

“...cuando estaba amaneciendo, Jesús estuvo de pie en la playa, pero los discípulos, por supuesto, no discernieron que era Jesús”

Claramente al amanecer y con la “luz del sol” que empieza a salir en contra de la vista, los cristianos diseminados por el mundo en las distintas iglesias no pudieron darse cuenta de que Jesús estaba presente. A finales del 1800 y hasta 1914 existió una gran luz espiritual y entendimientos que cegó a muchos y que paradójicamente impidió “ver” al “hombre en la playa” que ya estaba en pie desde 1914. Por eso, los cristianos esparcidos por todas partes no podían captar lo que significaba ese año o darse cuenta de la presencia de Jesús. Todos, salvo un "apóstol" que representa a un grupo de cristianos que si captó.

“Echen la red al lado derecho de la barca, y hallarán”. Entonces la echaron, pero ya no podían sacarla a causa de la multitud de peces. Por lo tanto, aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”.

Los cristianos reciben una orden del hombre que está parado en la playa desde 1914. “Echen la red al lado derecho de la barca, y hallarán”. Esta expresión es idéntica a la de Mateo 25: 34: “Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo”. El echar la red al lado derecho indica claramente que se arroja la red a las personas de corazón recto. Pronto, una gran multitud de peces llena la red y hace que sea imposible subirla a la barca. La red es arrojada en 1919, pero no es subida a la barca del reino debido a que se empieza a llenar de peces.

"Por lo tanto, aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”. Este discípulo amado es Juan el apóstol, el escritor también de Apocalipsis. Este apóstol percibe que el hombre en la playa es Jesús. Juan representa a los cristianos ungidos verdaderos que captan que el “hombre de la playa” está presente desde 1914 y obedecen la orden de iniciar la pesca tras la fracasada jornada nocturna de oscurantismo. Juan claramente avisa a los demás apóstoles que es el Maestro. La clase Juan en tiempos modernos avisa a los cristianos diseminados por el mundo a que se unan a ellos en la pesca que comienza.

Si nos queda alguna duda de que este relato tiene una aplicación profética, el siguiente versículo del mismo relato la despeja:

Volviéndose, Pedro vio al discípulo a quien Jesús amaba, que venía siguiendo, el que en la cena también se había recostado sobre su pecho y dicho: “Señor, ¿quién es el que te traiciona?”. Por eso, cuando alcanzó a verlo, Pedro dijo a Jesús: “Señor, ¿qué [hará] este?”. Jesús le dijo: “Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso? Tú continúa siguiéndome”. Por consiguiente, entre los hermanos salió este dicho: que aquel discípulo no moriría. Sin embargo, Jesús no le dijo que no moriría, sino: “Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso? Este es el discípulo que da testimonio acerca de estas cosas y que escribió estas cosas, y sabemos que el testimonio que él da es verdadero.” (Juan 21:20-24).

Estos versículos nos convencen que el relato de la pesca y el resucitado que estamos analizando tienen una aplicación profética hasta la segunda venida del Señor. Juan fue el apóstol que "descubre" a Jesús en la playa y también recibe el privilegio de “que él permanezca hasta que yo venga”. La clase Juan tiene el privilegio de estar presente en este tiempo de la segunda presencia de Cristo.
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Ahora bien, regresando un poco antes en el relato de la playa se nos deja la siguiente clave profética con un significado vital:

“Pero los otros discípulos vinieron en la barquilla, pues no estaban lejos de tierra, solamente a unos noventa metros de ella, arrastrando la red de peces”.

Claramente los 90 metros desde la barca hasta la orilla (en dónde está parado Jesús), representan a 90 años que empiezan a contarse desde 1919 cuando empieza la siega o pesca a gran escala espiritual. En 1919 se arroja la red al mar, pero la pesca continua ya que se realiza un arrastre con la red en dónde sin duda se sigue atrapando a peces en los 90 metros siguientes. La barca avanza 90 metros hasta la orilla en dónde está Cristo esperando. Sin duda, desde 1919 hasta el año 2009 hay 90 años de “arrastre y captura” de numerosos peces. ¡Esto significa que a finales de este año la siega o pesca espiritual estaría llegando a una conclusión!

Pero recordemos algo, Simón Pedro, al oír que era el Señor, se ciñó su prenda de vestir de encima, porque estaba desnudo, y se lanzó al mar. Mientras Juan da aviso sobre la presencia de Jesús, Pedro representa a los discípulos (algunos ungidos y miembros de la Gran Muchedumbre) que con emoción e impulsividad se lanzan al encuentro del Maestro tras entender que Jesús está cerca. Estos de alguna forma “se adelantan” a los apóstoles y al mismo Juan al declarar con ardor la llegada del Día de Jehová.

“Sin embargo, cuando salieron de la barca a tierra, contemplaron un fuego de carbón puesto allí, y pescado puesto encima, y pan. Jesús les dijo: “Traigan de los peces que acaban de pescar”. Simón Pedro, por lo tanto, subió a bordo, y sacó a tierra la red llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres. Pero aunque había tantos, la red no se reventó. Jesús les dijo: “Vengan, desayúnense”. Ni uno de los discípulos tuvo el ánimo de inquirir de él: “Tú, ¿quién eres?”, porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó y tomó el pan y se lo dio, y así mismo el pescado (Juan 21:9-13).

“Traigan de los peces que acaban de pescar”. Simón Pedro, por lo tanto, subió a bordo, y sacó a tierra la red llena de peces grandes. Es de interés que Pedro finalmente saca a tierra la red llena de peces grandes. Al llegar a la orilla, después de cumplirse los 90 años de pesca y arrastre, la clase Pedro lleva la delantera y presenta los peces atrapados durante los 90 metros o años. Esto representa un cambio de circunstancias en los asuntos del pueblo de Dios tras finalizar este año 2009. El que Pedro “suba a bordo” indica que se le da una responsabilidad final a bordo de la congregación cristiana.

“y sacó a tierra la red llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres”. Estos peces grandes, posiblemente tilapias, son 153. ¿Por qué se nos entrega ese detalle? Años atrás, cuando Jesús invitó a Pedro a ser su apóstol le dijo: “Deja de tener miedo. De ahora en adelante estarás pescando vivos a hombres” (Lucas 5:10). También el Maestro comparó a la recolección de personas con la acción de una Red Barredera. ”Otra vez: el reino de los cielos es semejante a una red barredera bajada al mar, y que recoge [peces] de todo género. Cuando se llenó, la sacaron sobre la playa y, sentándose, juntaron los excelentes en receptáculos, pero tiraron los que no eran apropiados. Así es como será en la conclusión del sistema de cosas: saldrán los ángeles y separarán a los inicuos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego. Allí es donde será [su] llanto y el crujir de [sus] dientes. (Mateo 13: 47-50)

¿Qué significan los 153 peces grandes? Es muy posible que tenga que ver con la cantidad final de los sobrevivientes o la cantidad recogida finalmente tras la siega y pesca concluida. No obstante, en armonía con la profecía de Mateo 13 citada, puede que exista una separación final de esa cantidad pescada.

La misteriosa cifra 153 tiene conexiones interesantes. El siguiente relato nos da una pista: “Entonces Salomón tomó la cuenta de todos los hombres que eran residentes forasteros, que estaban en la tierra de Israel, después del censo que David su padre había hecho de ellos; y llegó a hallarse ciento cincuenta y tres mil seiscientos. De manera que de ellos hizo setenta mil cargadores y ochenta mil cortadores en la montaña y tres mil seiscientos superintendentes para mantener a la gente sirviendo”. (2 crónicas 2:17-18)

Claramente los residentes forasteros representan a miembros de la Gran Muchedumbre (y sus superintendentes) que están en la Tierra de Israel, y la cantidad es una amplificación de 153: 153.600. (Salvo por los 600 adicionales). 153.600 – 144.000 obtenemos 9600.

La diferencia de 153 y 144 (base de los 144.000) es de 9. Curiosamente si descomponemos la cifra 153 obtenemos también el número 9 (1+5+3). Ahora si descomponemos el número 144 nos sale nuevamente el número 9 (1+4+4). El número 9 tiene que ver con los 9 meses de gestación de un bebé y lo asociamos con la destrucción repentina “como a la mujer encinta”.

También es probable que 9 millones de personas sean presentadas o contabilizadas en la playa durante el periodo de 2010 a 2013. Recordemos que la pesca de arrastre se extiende desde 1919 hasta el año 2009 por 90 metros o 90 años. No obstante, la contabilización de lo 153 peces se hace en la playa. Curiosamente si extendemos hábilmente a 153 peces encima de la playa, podemos obtener una superficie de longitud de 3 metros. Esos 3 metros son los 3 años de contabilización de los pescados que quizás asciendan a 9 millones. Pero puede que de esos 9 millones, solo se dejen a los peces más excelentes, y la cantidad sea una gran muchedumbre que los hombres no pueden contar, más o menos superior a los 7 millones.

¿Podría existir un entendimiento de un "periodo de tiempo" para la cifra 153? Si fueran años, estos serían 153 años. Si restamos a 2013 153 años llegamos al año 1860, cuando Russell tenía al igual que Josías 8 años de edad y empezó a orientarse a los asuntos espirituales. No obstante, creo que los 90 metros dados en el relato ya han sido dados para referirnos a años. La cifra 153 podría referirse a meses, semanas y días.

Si son 153 meses, éstos corresponden a 12,75 años. Hablamos de 4590 días.

Si son 153 semanas, éstas son 1071 días. Hablamos de casi 3 años. (600 adicionales son 6 meses)

Si son 153 días, hablamos de 5 meses.

¿No le llaman la atención estas cantidades?

La primera claramente nos alude al periodo de 12 años desde 2001 hasta 2013/2014.

La segunda nos muestra los 3 años finales que están por comenzar.

La tercera nos muestra los 5 meses de duración final de la Gran Tribulación (como el Diluvio y la Tribulación de 70 E.C)

Es posible que la cifra 153 involucre a las tres posibilidades entrelazadas. Y no descartamos otras aplicaciones. Si algún lector tiene una aplicación de los 153 peces haría bien en compartirla.

Jesús les dijo: “Vengan, desayúnense”. Ni uno de los discípulos tuvo el ánimo de inquirir de él: “Tú, ¿quién eres?”, porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó y tomó el pan y se lo dio, y así mismo el pescado (Juan 21:12, 13).

Una vez contabilizados (por el Cristo y los santos) los peces (que el día de hoy es una Gran Muchedumbre sin número que solo los hombres no podemos contar), el Maestro invita a un "desayuno en la playa a los ungidos". Es el amanecer de una nueva era y el trabajo de pesca ha sido efectuado.

”Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, para que coman y beban a mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel”. (Lucas 22:28-30)

Nota:

En su blog Pentecostés 2013 Abib ha suministrado un interesante grupo de varios “dramas proféticos” y su posible aplicación. Recomiendo analizarlos. http://pentecostes2013.blogspot.com/

Y una advertencia personal. Evite mostrar estos temas a personas nuevas que recién están tomando "leche". Evite una "indigestión espiritual".