viernes, 24 de diciembre de 2010

Los 2520 años y la Tierra Prometida

Como se estudió en varias oportunidades en éste sitio, no hay evidencia que conecte la dinastía davídica de reyes de Israel con la visión del árbol de Nabucodonosor en el capítulo 4 de Daniel. De hecho el fin de la visión es "con la intención de que sepan los vivientes que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere darlo lo da, y coloca sobre él aun al de más humilde condición de la humanidad".

Como notamos, el fin es que los vivientes sepan que el Altísimo es el Gobernante en el reino de la humanidad, y a quien él quiere darlo él lo da. Esta última parte nos ayuda, ya que el punto es hacer entender de qué éste árbol, que se ensalzó, no reconocía a Dios como su soberano, como el verdadero gobernante de la humanidad. También nos muestra que Dios tenía la intención de colocar en este cargo a alguien que fue considerado humilde en el reino de la humanidad. Sin embargo, también si somos buenos observadores y discernidores, comprenderemos que este árbol era algo ajeno o independiente a esa soberanía de Dios, porque si no hubiera sido así, no se le habría cortado con el fin de reconocer lo anterior. Con el fin de reconocer que Dios era el soberano y no el árbol. Por lo tanto, el árbol de Daniel 4 no podría representar a la soberanía expresada de Dios en la Tierra bajo el reino davídico.

Ya que Nabucodonosor fue el primer cumplimiento de la visión, es evidente que la visión en gran escala también tuviese como protagonista a alguien rebelde y opositor a Dios. Todas las pruebas ya estudiadas en éste sitio indican que Satanás es el árbol en un sentido ampliado, quién con Adán fueron “derribados a Tierra” cuando se alzaron en independencia. De hecho en Isaías se compara a la dinastía de reyes babilonios con Satanás, el “Resplandeciente”.

Esto nos muestra que los “siete tiempos” de Daniel 4 podrían tener una duración indeterminada de tiempo en armonía con la declaración de Jesús de que no podemos saber “los tiempos y sazones”. Más que centrarnos en una fórmula matemática que nos dé 2520 años como un total, la idea era transmitirnos el pensamiento de que hay “siete tiempos” consecutivos. Un primer “tiempo”, segundo “tiempo”, etc, hasta llegar al “séptimo tiempo” de “restricción” como ataduras sobre la humanidad caída. Esto podría coincidir con las siete gobernaciones de potencias sucesivas sobre el Pueblo de Dios bajo siete eras, las cuales tienen una duración diferente cada una. Como dije, la idea de Daniel era comentarnos que pasarían “siete tiempos” más que darnos énfasis en saber cuanto duraban esos “siete tiempos”. Finalmente al término de ésos periodos bestiales de gobernación (Nabucodonosor estuvo rebajado como bestia en el cumplimiento original) humana rebajada, Dios “colocará sobre él aun al de más humilde condición de la humanidad” cuando el Reino tome el control de la Tierra.

Ahora bien, ¿podemos descartar la idea de los 2520 años?

En realidad podemos darle una aplicación muy secundaria. Pero lo más fascinante de éste asunto es que el cálculo de los 2520 años no vendría realmente de las asociaciones fuera de contexto y de intentar asociar los pasajes de Revelación y Daniel, sino más bien, de un libro muy anterior: El Levítico

Los capítulos 25 y 26 de Levítico contienen una especie de reglamentos o promesas con relación a Israel y su trato con la Tierra Prometida. En el capítulo 25 se habla acerca del uso del “suelo”, los años “sabáticos”, etc. El capítulo 26 nos da énfasis en que éste es un contrato legal entre Jehová y los hijos de Israel con respecto a su herencia en esa Tierra.

"Estas son las disposiciones reglamentarias y las decisiones judiciales y las leyes que Jehová estableció entre él y los hijos de Israel en el monte Sinaí por medio de Moisés". (Levítico 26:46.)

El capítulo 26 en sus inicios nos muestra que el acuerdo es afectado cuando Israel sucumbe en la idolatría y se deja de cuidar la Tierra como Jehová ordenó.

’Pero si siguen andando en oposición a mí y sin desear escucharme, entonces tendré que infligirles siete veces más golpes conforme a sus pecados”- Lev. 26:21.

Ésta expresión del castigo de “siete veces” es repetida muchas veces en éste capítulo de Levítico, dándole gran énfasis. Además nos recuerda el siguiente pasaje del Génesis:

Ante eso, Jehová le dijo: “Por esa razón, cualquiera que mate a Caín tiene que sufrir venganza siete veces”.- Ge. 4:15

Ahora bien, notemos como Levítico continua:

27 ”’Sin embargo, si con esto no me escuchan y simplemente tienen que andar en oposición a mí, 28 entonces tendré que andar en acalorada oposición a ustedes, y yo, sí, yo, tendré que castigarlos siete veces por sus pecados. 29 De modo que tendrán que comer la carne de sus hijos, y comerán la carne de sus hijas. 30 Y ciertamente aniquilaré sus lugares altos sagrados y cortaré sus estantes del incienso y pondré los propios cadáveres de ustedes sobre los cadáveres de sus ídolos estercolizos; y mi alma simplemente los aborrecerá a ustedes. 31 Y verdaderamente daré sus ciudades a la espada y haré desolados sus santuarios, y no oleré sus olores conducentes a descanso. 32 Y yo, por mi parte, ciertamente haré desolado el país, y los enemigos de ustedes que están morando en él simplemente se quedarán mirando asombrados a causa de ello. 33 Y a ustedes los esparciré entre las naciones, y ciertamente desenvainaré una espada tras de ustedes; y su tierra tiene que quedar hecha una desolación, y sus ciudades llegarán a ser una ruina desolada.

34 ”’En aquel tiempo la tierra pagará sus sábados durante todos los días que yazca desolada, mientras estén ustedes en la tierra de sus enemigos. En aquel tiempo la tierra guardará el sábado, puesto que tiene que pagar sus sábados. 35 Todos los días que yazca desolada guardará el sábado, por motivo de que no guardó el sábado durante los sábados de ustedes cuando ustedes estaban morando en ella. – Levítico 26

Notamos que la idolatría y un consecuente descuido de la tierra provoca el castigo de las “siete veces”. Lo interesante es que esto está directamente relacionado con lo que dice el profeta Ezequiel sobre cuanto tiempo duró el pecado de Israel con respecto a la idolatría, incluso sobre las dos casas: Judá e Israel:

“Y en cuanto a ti, toma para ti una tartera de hierro, y tienes que ponerla como un muro de hierro entre ti y la ciudad, y tienes que fijar tu rostro contra ella, y ella tiene que llegar a estar bajo sitio, y tienes que sitiarla. Es una señal a la casa de Israel. Y en cuanto a ti, acuéstate sobre tu lado izquierdo, y tienes que poner sobre él el error de la casa de Israel. Por el número de los días que estarás acostado sobre él llevarás el error de ellos. Y yo mismo tengo que darte los años de su error hasta el número de trescientos noventa días, y tienes que llevar el error de la casa de Israel. Y tienes que completarlos. Y tienes que acostarte sobre tu lado derecho en el segundo caso, y tienes que llevar el error de la casa de Judá cuarenta días. Un día por un año, un día por un año, es lo que te he dado. Y al asedio de Jerusalén fijarás tu rostro, con tu brazo desnudo, y tienes que profetizar contra ella. Y, ¡mira!, ciertamente pondré cuerdas sobre ti para que no te vuelvas de un lado tuyo al otro lado tuyo, hasta que hayas completado los días de tu sitio. (Ezequiel 4:3-8.)”

Aquí la propia Biblia, el propio contexto claro establece la fórmula. Sabemos que el período del error para Israel fue de 390 años y el período del error de Judá fue de 40 años. Hablamos en total de 430 años de error.

Ahora bien, no olvidemos los 70 años de desolación en dónde la tierra pagó sus sábados. Entonces, a los 430 años debemos quitarle 70 años ya descontados de éste acuerdo. Nos quedamos con 360 años de error que no fueron pagados. 360 años del error por idolatría para ambas casas. Recordemos que ambas casas juntas son culpables severamente por los errores de cada cual. De modo que el error se separa así: 70 años de error de sábados para la tierra para ambas casas y 360 años de error por idolatría para ambas casas.

Si nos acordamos de la expresión “siete veces más” entonces por éstos 360 años de deuda (cada año de infidelidad) obtenemos ¡2520 años!

Así que los hijos de Israel sufrirían la maldición de Levítico 26 por violación de acuerdo  por 2520 años. Recordemos que es en éste tiempo cuando ellos tienen que estar fuera, esparcido en las naciones:

’En aquel tiempo la tierra pagará sus sábados durante todos los días que yazca desolada, mientras estén ustedes en la tierra de sus enemigos”.
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Cómo notamos, los 2520 años serían un periodo de tiempo en dónde los judíos no pueden volver a establecerse completamente en la Tierra Prometida. Es como una "restricción" para ellos. No pueden tener rey ni un completo dominio sobre sus territorios, debido a su infidelidad e idolatría. Son vasallos de potestades extranjeras.  Ahora bien, ¿Cuándo deberían partir esos 2520 años? ¿Debemos contarlos desde el retorno a su tierra, puesto que los 70 años ya estaban pagados? ¿Hay que contarlos antes? No tengo claridad todavía al respecto, pero los sucesos del siglo XX muestran que en algún punto esos 2520 años pueden haber terminado.

 En realidad, dicho periodo nos lleva inevitablemente a sucesos del siglo XX (quizás mediados) que estuvieron marcados por el retorno de los judíos a su Tierra. Si bien, éste pueblo ya no cuenta con el favor de Dios, el contrato de Jehová con ellos (como colectividad) estipulaba ese plazo de tiempo.  Justamente es en el siglo XX cuando ellos comienzan a retornar a Israel.