lunes, 28 de febrero de 2011

¿Unidad o Uniformidad?

En la creación notamos que existe una gran diversidad e individualidad de seres vivos, plantas y cuerpos estelares. La inmensa variedad de colores, aromas y sabores nos muestra la gran diversidad de la mente de Dios. Sin embargo, aún así hay una gran unidad interior, una interconexión sublime e invisible que conecta todas las cosas. Pablo dice que "estrella difiere de estrella en gloria" e Isaías nos muestra que Jehová llama a cada una de ellas por su "nombre" distintivo. Y aún así, este vasto universo está conectado en una danza armónica de unidad.

La uniformidad no es compatible con el arreglo divino. La uniformidad se basa en que todos tienen que ser iguales o todos tienen que pensar lo mismo. Algunos confunden la uniformidad con la unidad, pero la unidad va más allá de ésto, e incluso permite una magnífica interrelación entre las cosas creadas.

Nosotros igualmente somos personalidades únicas que puede alabar al Creador. Pablo no era un Pedro, ni Pedro era un Juan, ni María era una Priscila, ni Priscila una Dorcas. Así, cada personaje bíblico nos muestra a una individualidad real que adoraba a Dios bajo sus circunstancias. No obstante, todos reflejaban en sus vidas las enseñanzas, las cualidades y el espíritu del único a quien seguían, el único en quien ponían fe como Jehová y luego el Hijo de Dios. Esa individualidad manifiesta belleza, una belleza que es asfixiada y suprimida por la conformidad impuesta y la uniformidad rígida, con su efecto despersonalizador – y a veces deshumanizador. En lugar de ser como “guisantes en la vaina”, las personas pueden ser como flores en un jardín, distintas, abigarradas, incluso discordantes, pero no deben ser como mala hierba, ni feas, ni pestilentes, y todas deben estar combinadas para contribuir a la hermosura del jardín como un todo.
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Muchos creen que tal sistema puede generar caos. No obstante, la propia creación es un testimonio de ese sistema de maravillosa unidad que va de la mano con la individualidad.

"Ahora bien, hay variedades de dones, pero hay el mismo espíritu; y hay variedades de ministerios, y sin embargo hay el mismo Señor;  y hay variedades de operaciones, y sin embargo es el mismo Dios quien ejecuta todas las operaciones en todos.  Pero la manifestación del espíritu se da a cada uno con un propósito provechoso. Por ejemplo, a uno se le da mediante el espíritu habla de sabiduría, a otro habla de conocimiento según el mismo espíritu, a otro fe por el mismo espíritu, a otro dones de curaciones por ese único espíritu, a otro operaciones de obras poderosas, a otro el profetizar, a otro discernimiento de expresiones inspiradas, a otro lenguas diferentes, y a otro interpretación de lenguas.  Pero todas estas operaciones las ejecuta el uno y mismo espíritu, distribuyendo a cada uno respectivamente así como dispone.
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 Porque así como el cuerpo es uno, pero tiene muchos miembros, y todos los miembros de ese cuerpo, aunque son muchos, son un solo cuerpo, así también es el Cristo. Porque, de hecho, por un solo espíritu todos nosotros fuimos bautizados [para formar] un solo cuerpo, seamos judíos o griegos, seamos esclavos o libres, y a todos se nos hizo beber un solo espíritu. - 1 Corintios 12: 4-13

Este relato muestra que la uniformidad, el estar bajo un rígido sistema que controle la fe y la espontaniedad cristiana está en contra del arreglo de Dios, basado en la unidad que involucra una diversidad. Russell mismo sabía que la gran apostasía y el ascenso del poder totalitario clerical fué debido a presionar para que todos "pensaran lo mismo". No obstante, estar "aptamente unidos en la misma forma de pensar" no significa pensar lo mismo, sino que se refiere a la "misma forma" de pensar. No es lo que pensamos, sino como lo pensamos. Ésto significa que sometemos nuestros pensamientos individuales a la guía  y  armonía  del Espíritu de Dios. Puede existir variedad, pero estan siempres presentes las cualidades piadosas.