Basándose en un cómputo talmúdico que prevé la llegada del Mesías entre 440 y 471, el Moisés de Creta se autoproclama Ungido de Dios y pretende a toda costa embarcar a los judíos de Creta en un nuevo éxodo. Sus fieles venden todos sus bienes y un buen día se reunen en lo alto de un promontorio que domina el mar. Moisés les explica que el mar se abrirá y regresarán a Israel. Incluso le habla de que podrán caminar sobre las aguas. “¡Saltad!”, les ordena a las masas. Un buen número de cretenses se zambulle en las aguas. La mayoría de los discípulos mueren ahogados.
Qué nadie pretenda el usar estos probables estudios cronológicos como base para crear una secta o religión. Sería lamentable para él. Cómo tantas veces se ha dicho, debemos ver estas ayudas en su debida perspectiva. Si algún día usted nota que el redactor de este sitio comienza a hablar en contra de los arreglos teocráticos, deje este página de lado. Ése no seré yo.
Esta es una advertencia para todos. Es probable que en el final, durante el caos, cuando se produzcan los arrestos de los hermanos que llevan la delantera, individuos rebeldes que solo buscan ser líderes se auto proclamaran en las congregaciones como caudillos. Tenga cuidado con ellos. Siempre están criticando las desiciones y arreglos. No es difícil identificarlos.
Cómo comentó una vez Abib, no olvidemos que el Moisés actual, la organización cristiana, nos dirige. No seamos como Coré y su gente. Seamos obedientes a Jehová en primer lugar, pero también confiemos en su arreglo terrestre.
Ya no estamos en la época de los lideratos individuales. El Espíritu de Jehová nos guía como cuerpos. Y esa es la tarea que tenemos. Solo así podremos llegar a la Tierra Prometida.