martes, 14 de julio de 2009

"Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena".


En muchas ocasiones hemos oído del ejemplo de Pompeya y los volcanes. Días antes de la catástrofe la comunidad observa las fumarolas, los temblores, el cambio en la acidez del agua, y la desaparición extraña de las aves y los animales. Incluso hay hasta fenómenos atmosféricos raros en forma de luces o fogonazos. En esas situaciones, hay 3 tipos de personas:

1) Los que están en ignorancia, sumidos en sus trivialidades cotidianas.

2) Los que lo perciben, y lo captan, pero se quedan sentados sin hacer nada.

3) Los que son sagaces y al percibir actúan y hacen los cambios para sobrevivir.

Estimado lector, ¿que clase de persona es usted? Hemos estado observando muchas señales desde el 2008 hasta éstos días. ¿Se da cuenta que nada sigue igual? ¿Puede percibir en los sucesos que están aconteciendo los temblores y fumarolas de que algo grande está por pasar?

Desde septiembre de 2008, cuando se cumplieron 7 años exactos desde la caída de las Torres, y desde noviembre de 2008, cuando se cumplieron 2625 días (1290+1335) desde la semana de aquel ataque, el mundo ha estado convulsionado con la crisis financiera global, la creación de un fugaz nuevo orden mundial, el ascenso del rey del norte, el inicio de hostilidades hacia la religión, anuncios efímeros de paz y seguridad, algunas señales extrañas en los cielos, y la sombra de una gran guerra. Ahora una Pandemia mundial se suma a la lista.

Todos los componentes de la Gran Tribulación están colocados. Ahora solo falta que erupcione. ¿Qué haremos? ¿Nos quedaremos sentados sin hacer nada? ¿Incrementaremos nuestra actividad y armadura espiritual? ¿Cuidaremos nuestras cualidades espirituales?

"Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena". -Proverbios 22:3

Nota: Si bien, quienes nos dedicamos a esta investigación no somos infalibles y podemos fallar en algunos cálculos precisos, los acontecimientos que están ocurriendo muestran que al parecer sí hay patrones de tiempo profetizados, y que cerca de ellos justamente ocurren los sucesos.