Agradezco sinceramente los comentarios de muchos lectores sobre el gran tema de la Parausia. Realmente el objetivo de la exposición tiene como objeto llevarnos a una lectura imparcial del propio relato, dejando los condicionamientos para interpretar las cosas de una y otra forma. Todas las opiniones son bienvenidas. Pero es esencial mantener altura de miras sobre el asunto e intentar explicarlo solo en base a las propias Escrituras. A este respecto, valoro y aprecio mucho los esfuerzos y comentarios de algunos lectores que han tratado de lograr un soporte para el año de 1914 y la Parausia desde entonces. En realidad, nadie puede saber la verdad con total certeza y sus comentarios son apreciados. No obstante, en armonía con el intento que se trata de realizar aquí con la propia Biblia, he notado que se utilizan las siguientes expresiones para intentar mantener el asunto de la Presencia desde 1914:
- "manifestación de la presencia" como algo distinto a "presencia". En el entendimiento del siglo I y del redactor de las cartas inspiradas, las expresiones son idénticas. Una presencia se manifiesta porque es evidente que llego dicha presencia. Es una redundancia.
- "Señal compuesta". No aparece esta expresión en la Biblia. Jesús habla de una Señal en la Gran Tribulación. Nos hemos hecho un juego de palabras al creer que la Señal son las guerras y sucesos previos, pero estos no son la Señal, son solo los sucesos previos que avisan de la Presencia y Señal en el final.
Pronto tratare de escribir lo que redacte a mano hace muchos años con respecto a los siete tiempos de Daniel 4. Un abrazo a todos y reitero las gracias por sus comentarios respetuosos.