Al parecer el cabalgar de los cuatro jinetes es simultáneo. La razón estriba en el versículo 8 del capítulo 6 de Revelación:
Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con una espada larga y con escasez de alimento y con plaga mortífera y por las bestias salvajes de la tierra.-Rev. 6:8
1 Y vi cuando el Cordero abrió uno de los siete sellos, y oí a una de las cuatro criaturas vivientes decir con voz como de trueno: “¡Ven!”. 2 Y vi, y, ¡miren!, un caballo blanco; y el que iba sentado sobre él tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para completar su victoria.-Rev. 6:1,2
Al parecer éste jinete entra en escena cuando expulsa a Satanás del cielo y está a punto de tomar el control de la Tierra. Tiene que "completar su victoria". Por lo tanto, debe ser Jesús quién está como Rey estrenado del inminente Reino. Al parecer, ésta visión comienza a cumplirse cuando los demonios son arrojados a la Tierra, y les quedan 42 meses de libertad, en dónde finalmente el Rey completará su victoria en Armagedón.
3 Y cuando abrió el segundo sello, oí a la segunda criatura viviente decir: “¡Ven!”. 4 Y salió otro, un caballo de color de fuego; y al que iba sentado sobre él se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; y le fue dada una gran espada.-Rev 6: 3,4
Mientras tanto, se avecinan sobre la Tierra grandes guerras, las cuales ocurrirán en el cenit de la gobernación tiránica de la bestia, la cuál provocará gran guerra a quienes se opongan al Nuevo Orden, sean naciones más pequeñas o grandes. Esto sin duda tiene un cumplimiento casi al final de los 42 meses de reinado bestial, o durante parte de éste reinado, ya que el Rey del Norte y el Rey del Sur tendrán un enfrentamiento final que provocará una guerra mundial atroz, que llevará al mundo a una cercana gran tribulación.
5 Y cuando abrió el tercer sello, oí a la tercera criatura viviente decir: “¡Ven!”. Y vi, y, ¡miren!, un caballo negro; y el que iba sentado sobre él tenía en su mano una balanza. 6 Y oí una voz como si fuera en medio de las cuatro criaturas vivientes decir: “Un litro de trigo por un denario, y tres litros de cebada por un denario; y no dañes el aceite de oliva ni el vino”. - Rev. 6:5,6
El efecto de las guerras mundiales produce la peor hecatombe financiera global jamás vista. Hablamos de una crisis peor que la actual. Un hambre tremenda agravada por la crisis del petróleo y otras fuentes de energía. Quizás la referencia a no dañar el aceite de oliva y el vino se refiere a que se tratará desesperadamente de utilizar otro tipo de combustibles para el sistema, como los biocombustibles a raíz de materias primas de base al residuo de poda de olivo y residuos de la producción de aceite de oliva y el Etanol que proviene del alcohol. A ésta altura, ya casi al final de los 42 meses, la gran tribulación está siendo desatada.
7 Y cuando abrió el cuarto sello, oí la voz de la cuarta criatura viviente decir: “¡Ven!”. 8 Y vi, y, ¡miren!, un caballo pálido; y el que iba sentado sobre él tenía el nombre Muerte. Y el Hades venía siguiéndolo de cerca. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con una espada larga y con escasez de alimento y con plaga mortífera y por las bestias salvajes de la tierra. - Rev. 6:7,8
Claramente la consecuencia final del cabalgar de los dos jinetes anteriores provoca el efecto de una gran mortandad a nivel mundial, producto del hambre, las pestes, guerras, plagas y ataques bestiales de los gobiernos que están entrando en la gran tribulación. La cuarta parte de la población mundial empieza a morir de forma espantosa. Hablamos de más de 1500 millones de personas, solo en ésta etapa del despertar de la gran tribulación. Como referencia, solo en la II Guerra mundial fallecieron 55 millones de vidas. Por lo tanto, la descripción terrorífica del último jinete nos habla de la gran tribulación en su despertar.
9 Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte, y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”.-Rev. 6: 9,10
Éste versículo es interesante, porque nos habla de los fallecidos cristianos bajo la reciente persecusión de la bestia. Ésto tiene un cumplimiento también en los últimos ungidos sobrevivientes que claman a ésta altura. Claman en la desesperación al término de los 1260 días. Hablamos de un momento crítico para los cristianos de ámbos grupos, un momento de climax y gran clamor. Pero es interesante que el clamor realmente proviene de los ungidos que murieron y que ahora comienzan a ser resucitados. Piensan en sus compañeros que sufren persecusión en la Tierra.
11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.- Rev. 6:11
Este versículo es vital. Parece que ya todos los ungidos están sellados y los vientos del fin serán soltados en breve, pero es necesario que todos ellos mueran, por lo tanto, no quedarían ungidos vivos en la Tierra, al inicio de los Mil años. Ésto cumple las palabras de Jesús de que a algunos de sus discípulos, sean de la gran muchedumbre o ungidos, tendrán que morir (Mateo 24:9; Lucas 21:16). Pero ahora tenemos claro, que todos los ungidos tienen que morir antes del Armagedón. El versículo de Revelación 6:11 es muy claro. Veamos ahora el siguiente versículo:
12 Y vi cuando abrió el sexto sello, y ocurrió un gran terremoto; y el sol se puso negro como saco de pelo, y la luna entera se puso como sangre, 13 y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como cuando una higuera sacudida por un viento fuerte echa sus higos aún no maduros. 14 Y el cielo se apartó como un rollo que se va enrollando, y toda montaña y [toda] isla fueron removidas de sus lugares. 15 Y los reyes de la tierra y los de primer rango y los comandantes militares y los ricos y los fuertes y todo esclavo y [toda] persona libre se escondieron en las cuevas y en las masas rocosas de las montañas. 16 Y siguen diciendo a las montañas y a las masas rocosas: “Caigan sobre nosotros y escóndannos del rostro del que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero, 17 porque ha llegado el gran día de la ira de ellos, y ¿quién puede estar de pie?”. - Rev. 6:12-17
Debido al clamor final en las penosas condiciones de aguante al fin de los 42 meses, se sobreviene la gran tribulación, y los versículos anteriores nos narran los eventos de los fenómenos celestes descritos también por Jesús en los Evangelios. Finalmente aparece la situación del Armagedón, y los proyectiles Divinos siderales se ciernen sobre los humanos rebeldes, los cuales se esconden en sus bunkers bajo las montañas, o en sus instituciones que se desploman. Armagedón ha llegado: El "día de la ira del Cordero".