Jesús de Nazaret da una enseñanza a todos los ancianos y pastores de las congregaciones. Él dice citando de él como ejemplo:
Yo soy el pastor excelente; el pastor excelente entrega su alma a favor de las ovejas. El asalariado, que no es pastor, y a quien las ovejas no pertenecen como suyas propias, ve venir al lobo y abandona las ovejas y huye —y el lobo las arrebata y las desparrama— porque es asalariado y no le importan las ovejas. - Juan 10: 11-13
Aquí el Maestro hace una distinción entre el personaje que recibe una compensación financiera y quién es pastor por amor. El anciano verdadero no abandona a las ovejas de Jehová cuando observa la desgracia. Ante una persecusión o desastre siempre estará listo para ayudarles. Un "asalariado" no tiene esa abnegación y facilmente las abandonaría.
17 Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes, y sean sumisos, porque ellos están velando por las almas de ustedes como los que han de rendir cuenta; para que ellos lo hagan con gozo y no con suspiros, por cuanto esto les sería gravemente dañoso a ustedes. - Hebreos 13:17
Éste pasaje nos recuerda que los ancianos tendrán que rendir cuenta a Jesús por las ovejas encomendadas. Por lo tanto, un anciano debe tratar de liberarse de las cargas administrativas que les imponen ciertas entidades. Si bien, hay llamados anuales a no olvidar el Pastoreo, es frecuente que la parte administrativa de las entidades sobrecarga a los ancianos con otros trámites y papeleos. Ésta dicotomía genera que se priorice lo administrativo (ya que se les imponen plazos definidos), y que se deje de lado lo espiritual (puesto que no hay plazos). Pero no olvidemos, Jesús les pedirá cuentas a los ancianos no por si enviaron puntualmente los informes y llenaron decenas de formularios, sino más bien, por si han pastoreado el rebaño de Dios. Sabemos que ciertas entidades legales son como ramas que paradojicamente aprisionan la parte espiritual del crecimiento y vigilancia de las congregaciones.
Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del [Hijo] suyo.- Hechos 20:28
Un grupo de ancianos que no es consciente de sus responsabilidades, ocasiona muchos problemas para la congregación. Si un hombre no sabe apreciar cuáles son sus deberes como anciano, no debe ocupar ese lugar. La primera clase de deberes tiene referencia al anciano mismo, y la segunda clase tiene que ver con la congregación. Los ancianos deben velar porque sus propias vidas se conformen a la voluntad de Dios. Los ancianos deben examinar su conducta diariamente. Deben permitir que la luz de la verdad brille en sus corazones, y darse cuenta si no están haciendo algo que desagrada a Dios. Deben pasar mucho tiempo en oración, y deben rogar: "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino perversidad, y guíame en el camino eterno" (Salmo 139.23,24. VP). Los ancianos deben ser fieles a Jehová. Y si es necesario, han de morir antes que faltar a la verdad.
1 Por lo tanto, a los [que son] ancianos entre ustedes doy esta exhortación, porque yo también soy anciano con [ellos] y testigo de los sufrimientos del Cristo, hasta partícipe de la gloria que ha de ser revelada: 2 Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena gana; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con empeño; 3 tampoco como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño. 4 Y cuando el pastor principal haya sido manifestado, ustedes recibirán la inmarcesible corona de la gloria. - 1 Pedro 5: 1-4
Cómo notamos, el DEBER PRINCIPAL de los ancianos es el de Pastorear. Lamentablemente éste deber está siendo limitado por otras responsabilidades que no son bíblicas. Los ancianos estarán de pie ante el Cristo en su inminente manifestación. Durante la Presencia, los ancianos serán juzgados para bien o para mal, si han cuidado o desatendido a las ovejas.
Deben conocer a cada miembro de la congregación, y deben saber cuáles son las necesidades espirituales de cada uno de los miembros. Una de las responsabilidades de los ancianos es la de "apacentad el rebaño de Dios". Los ancianos no son tiranos. No deben ser crueles y sin corazón, siendo seres amorosos que intenten ser reflejos de Cristo para cuidar el rebaño de Dios. Los ancianos tampoco deben ser policias pendientes de cada detalle de la vida de las ovejas. Tienen que ser sabios como padres que aman con corazón abierto al pueblo de Dios. A veces tienen que ejercer la disciplina en la congregación y hacer limpiezas. Ésto es necesario. Pero lamentablemente muchos no hacen pastoreos preventivos. Estas responsabilidades pertenecen a los ancianos, y Cristo (no una Sociedad legal) los juzgará eternamente con respecto a su deber.
Los ancianos deben enseñar la Palabra de Dios. Y deben alimentar la grey de Dios con el alimento apropiado. No solamente tienen que preservar intacta la palabra de Dios, sino ayudar a otros a amarla. La congregación debe honrarlos como padres, obedecerles como pastores de Dios, no aceptar acusaciones contra ellos excepto por boca de dos o tres testigos, tomarlos como dignos de doble honor e imitar su fe.
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Pero los ancianos también deben gravitar en su gran y pesada responsabilidad. Qué el cansancio no sea por llenar papeles, sino más bien por haber trabajado durante el día en visitar y pastorear a las ovejas con Amor. Y que éste refleje el gozo por dar su alma a favor de las ovejas.