miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿Socavar la Fe?

Uno de los últimos comentarios expresaba la idea que publicar entradas como la anterior puede socavar la fe. Quizás ese lector no sepa que la obra Proclamadores (editada por la Sociedad) contiene declaraciones y narraciones de hechos más fuertes que los aquí expresados. El libro es honesto al comentar sin pelos en la lengua asuntos ocurridos en las primeras décadas de la organización. Asuntos que harían palidecer a algunos. Evidentemente con las polémicas más recientes (desde los años 70 a 90) hay mayor silencio. Pero se dan nombres de los involucrados en asuntos muy complejos durante todas las presidencias anteriores. Asuntos tan fuertes como que la Sucursal de Australia estaba lucrando con algunos negocios, las luchas por el poder dentro de la organización a principios del siglo XX, etc.

Lo que más me sorprendió es que en una oportunidad la misma organización comentó que dicha Obra debería estar disponible en bibliotecas públicas y para todo aquel que quisiera saber la historia de los cristianos modernos. No era la idea crear un libro secreto solo para los testigos.

¿Debería socavar la fe contar que los hombres que han dirigido  la organización son tan imperfectos como todos nosotros? ¿Acaso no dignificaría más el instrumento de Dios?

¿Acaso socavó la Fe el que la Biblia expusiera los errores de Moisés al pecar con la roca, la huída de Elías,  David y su adulterio y asesinato planificado, Simón Pedro y su cobardía, el agudo estallido de ira de Pablo y Bernabé?

¿Se ha mermado nuestra perspectiva y admiración por esos "santos varones" o nos hemos llenado de admiración por ellos al saber que eran tan débiles como nosotros? ¿Acaso nuestra Fe no ha salido fortalecida?

¿Por que en algunos hay ese deseo desmedido de crear "becerros de oro" en torno a figuras, personalidades, discursantes, etc?

Precisamente Jehová se ha encargado a través de toda la historia de recordar a su pueblo duro de cerviz que EL éra su Rey, que Cristo es el caudillo gobernante, y que a él le debemos lealtad y obediencia.