Desde el estado de Queensland, en Australia, hasta Río de Janeiro, en Brasil, las intensas lluvias cobran cientos de vidas y causan millonarias pérdidas económicas. Los científicos impotentes intentan explicar éstos fenómenos con la clásica e inverosímil explicación de la "Niña".
¿Qué tienen en común las lluvias que por estos días caen sobre Batticaloa en Sri Lanka, las inundaciones en Teresópolis y Petrópolis en Brasil, las tierras anegadas en el estado de Queensland en Australia y el fuerte invierno que azota a países como Colombia, Venezuela, Filipinas, entre otros?
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Brasil de luto
Los deslizamientos de tierra causados por las constantes lluvias en los municipios de Teresópolis, Petrópolis y Nova Friburgo (vecinos de Río de Janeiro), hasta ahora dejan 506 muertos. El número de víctimas aumenta a medida que los organismos de rescate trabajan en la zona. La presidenta del país, Dilma Rousseff, calificó de “dramática” la situación.
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Una isla bajo el agua (Sri Lanka)
Unos 320.000 desplazados, 23 muertos y más de un millón de personas afectadas han dejado las inundaciones registradas en los últimos días en el este y centro de Sri Lanka. “Los niveles de agua están aún subiendo y las próximas 36 horas serán precarias; en algunas zonas las aguas están dos metros por encima de lo normal”, afirmó la jefa de comunicación de Unicef en el sur de Asia, Sarah Crowe.
Peor que Katrina (Australia)
Desde que comenzó la temporada invernal en el este de Australia, a mediados de noviembre, 26 personas han muerto y los damnificados superan los 200.000. Un centenar de australianos están desaparecidos. La alerta por inundaciones se ha extendido a todos los estados menos Canberra. Los expertos calculan que el daño para la economía será superior al que provocó en 2005 el huracán Katrina en EE. UU., que costó US$100.000 millones.
Meno, descontrolado (Alemania)
El desbordamiento del río Meno (Alemania) produjo la inundación del centro histórico de la ciudad de Fráncfort. Los pronósticos meteorológicos no son alentadores, se prevén fuertes lluvias que de acuerdo con los cálculos podrían dejar unos 70 litros de agua por metro cúbico.
“Un aguacero inundante ciertamente ocurrirá, y ustedes, oh piedras de granizo, caerán, y una ráfaga de tempestades de viento misma causará un partir”.- Ezequiel 13:11
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Estas palabras pueden claramente tener un cumplimiento final al término de todas las cosas. Pero al parecer todos los elementos (fuerzas naturales) que serán actores importantes ya están preparándose para el Fin.
Algo no menos importante es que ésta profecía de la devastación por inundación y granizo se cumplirá principalmente en los “profetas de Israel”, los representantes auto-nombrados de Dios en la Tierra.
Esto será analizado en la entrada posterior.