viernes, 4 de febrero de 2011

Pregunta sobre el Nombre de Dios y los cristianos

¿Es indicativo de apostasía no utilizar a menudo el Nombre de Dios?

En ocasiones algunos comentaristas de este blog han insinuado que al no dar un excesivo énfasis a la expresión "Jehová" se observa un apostasía encubierta, etc. Otros colegas blogeros también han sido objeto de críticas similares por que usan las letras YHWH al referirse a Jehová, y por lo tanto, se deslizan por la apostasía. La razón es que se ha dicho por los canales oficiales que los individuos que usan poco o nada el Nombre de Dios son sospechosos de apostasía.
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Si dejamos de  lado la controversia de las inserciones del Nombre de Dios en las Escrituras Griegas Cristianas en la Traducción del Nuevo Mundo, aún hay hechos realmente fuertes e incontestables. De por cierto, no entraré hoy en esa discusión sobre las inserciones del Nombre en la TNM.
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En primer lugar estaría el hecho que hasta en la propia traducción de la Sociedad Watch Tower, con sus inserciones específicas, existen cartas enteras escritas por los apóstoles en las que el nombre “Jehová” está completamente ausente, es decir Filipenses, Primera a Timoteo, Tito, Filemón y las tres cartas de Juan.
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Cualquier Testigo de Jehová debe reconocer honestamente que sería completamente impensable para cualquier individuo prominente en la organización de los Testigos escribir sobre asuntos espirituales sin emplear el nombre “Jehová” con frecuencia. Por ejemplo, en una breve carta de un Superintendente de Circuito u otro miembro importante, sería muy extraño que no se utilizara la expresión "Jehová".
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El escribir cartas de la extensión y del contenido de la carta de Pablo a los Filipenses, o de su primera carta  a Timoteo o de la que  escribió a Tito, o el escribir tres cartas separadas de advertencia y exhortación sobre temas cruciales como los que trata el apóstol Juan—el escribir estas cartas sin hacer uso repetido del nombre “Jehová” lo haría a uno sospechoso de apostasía entre los Testigos de Jehová.
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Sin embargo, en su propia Traducción del Nuevo Mundo el nombre no aparece en ninguna de estas siete cartas apostólicas ni en sus discusiones de puntos espirituales vitales. Aún desde el punto de vista de la Traducción del Nuevo Mundo, uno debe decir que al escribir estas cartas los apóstoles Pablo y Juan no se amoldaron a la norma predominante dentro de la organización Watch Tower. O expresado de manera más correcta, la norma predominante dentro de la organización Watch Tower no se amolda al punto de vista apostólico del primer siglo.
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Por lo tanto, deberíamos calificar de apóstatas a los apóstoles ya que no usaron el Nombre en las referidas cartas,  ni aún en la Traducción del Nuevo Mundo.
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En comparación con las 6.800 o más referencias a “Jehová”, las Escrituras Hebreas precristianas contienen solamente unos doce casos donde se hace referencia a Dios como “Padre”. Aun en esos casos, se utiliza ese término principalmente con referencia a la relación de Dios con Israel como pueblo, y no a su relación con los individuos. Se le llama generalmente a Israel "Mi Hijo". Sin embargo, Cristo Jesús introduce una nueva dinámica en la relación con Dios. El nos habla del Padre (Abba) en relación con el individuo.
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Es, pues, solamente con la venida del Hijo de Dios y la revelación que hizo de su Padre, que se manifiesta esta relación íntima. La Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Cristianas inserta el nombre “Jehová” 237 veces en esos escritos, haciéndolo con una base muy discutible. No obstante, incluso con estas inserciones, algo que no se encuentra en los manuscritos antiguos de las Escrituras Cristianas, la referencia a Dios como “Padre” es todavía mucho más prominente, pues se hace mención a Él como “Padre” unas 260 veces en esos escritos cristianos—sin necesidad alguna de una introducción arbitraria de ese término por parte de los traductores.
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En contraste con la práctica común entre los Testigos de Jehová cuando se dirigen a Dios en oración, Jesús no se dirigió a Él nunca como “Jehová”, sino siempre como “Padre” (empleando esta expresión seis veces en tan solo su oración final con sus discípulos). Incluso en la Traducción del Nuevo Mundo, en ninguna de sus oraciones Jesús se dirige a su padre como Jehová de forma directa. Él nunca lo llama en sus oraciones: "Jehová".
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Por consiguiente, cuando ora a su Padre y le dice: “Padre, glorifica tu nombre”, es evidente que el término “nombre” se utiliza aquí en un sentido más completo y profundo, como representando a la Persona misma.
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De otro modo, sería inexplicable la ausencia total de un apelativo específico como “Jehová” en las oraciones de Jesús. Cuando estaba con sus discípulos en la noche anterior a su muerte, tanto al hablar con ellos como en una larga oración Jesús se refirió al “nombre” de Dios cuatro veces. Sin embargo, durante toda esa noche, llena de consejos y exhortaciones a sus discípulos, y en oración, no se encuentra referencia alguna a que Él hubiese utilizado el nombre “Jehová”. Más bien, empleó de manera consistente la designación “Padre”, ¡haciéndolo alrededor de cincuenta veces! Cuando murió al día siguiente, el no exclamó el nombre  “Jehová”, sino que dijo: “Dios mío, Dios mío”, y en sus palabras finales dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
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Hoy sería sumamente sospechoso que un cristiano testigo se diriga a Dios en oración sin usar el nombre "Jehová". Pero notamos que Jesús de Nazaret jamás lo hizo de forma audible usando la expresión. No hay ningún registro que lo indique. Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, si hubiese seguido la práctica que han desarrollado algunos, les hubiese enseñado a dirigir su oración a “Jehová Dios” o a incluir ese nombre en algún momento en sus oraciones. En lugar de eso, les enseñó a seguir su propio ejemplo y a dirigir sus oraciones diciendo “Padre Nuestro que estás en los cielos.”
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Al condenar a los que clasificaría como “apóstatas”, algunas publicaciones citan como una “prueba” de su “apostasía” el que ellos no le dan la misma importancia al uso del nombre “Jehová” que le da la organización de los Testigos. Además de lo que ya se ha presentado aquí, existe mucha más evidencia que muestra que, si fuese correcta la utilización que hace la organización Watch Tower de ese término, y ejemplificase el modo apropiado de honrar del “nombre” de Dios, entonces esto mismo convertiría a Cristo y sus apóstoles en “apóstatas”.
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La razón de por que el Espíritu Santo no le dio Énfasis al Nombre durante el periodo cristiano será analizada en entradas posteriores. Sin embargo, puedo adelantar que más que el énfasis en usar la palabra o expresión literal de ese Nombre, Jesús manifestó el significado más profundo de lo que envuelve ese Nombre. Por lo tanto, usar el Nombre de Dios merece consideración, pero más importante aún es comprender a la Persona tras el Nombre y su significado.