jueves, 10 de febrero de 2011

¿Qué es lo que buscamos?

Es humano que las personas transformen ciertos puntos en lugares sociales. Tenemos la tendencia a agruparnos en tribus, bandos, equipos, etc. Esto en sí no es malo, pero en el plano religioso representa un peligro latente.
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Éste ha sido el germen de sectas, religiones y todo tipo de agrupaciones. Varios lectores han expresado que encuentran en este espacio una "congregación". Sin embargo, les recuerdo con afecto y cariño que ésta NO ES UNA CONGREGACION y yo no soy ningún pastor. Hay un peligro inherente en crear grupos para intercambio social debido a la soledad, falta de identidad personal, aburrimiento, etc. Todas ésas razones para unirse a un grupo humano que usa la religión son motivos inadecuados y potencialmente peligrosos. La razón: El Fundamento de la Congregación es Cristo y no para llenar un vacio emocional personal. Una vez que estamos unidos a Cristo, viene la consecuencia positiva de encontrar amigos en él. Pero las cosas no deben ser inversas.

Es curioso, pero un testigo de Jehová de línea dura puede tener la imagen que uno  busca o promociona crear sectas o grupos en tornos a estos sitios. Nada más lejos de la realidad en mi caso. Yo sé al igual que muchos otros, que todo grupo formado en torno a una idea degenera en crear estructuras y dogmas.  Al respecto, para algunos pueden parecer sorprendentes éstas declaraciones de Raymond Franz, quién fué miembro del Cuerpo Gobernante y renunció en los años 80. Notemos lo que dice:

"Una cosa parece clara, sin embargo, y es que el simple hecho de abandonar un sistema religioso por el convencimiento de que en el mismo hay falsedad no es garantía de libertad. El advertir el error no es suficiente en muchos casos. A menos que uno pueda darse cuenta de por qué él o ella creyeron una vez el error y qué había de falso en el "metodo de argumentación" que le permitió a uno creer, no se progresa mucho, ni se obtiene una base sólida para una duradera libertad cristiana. Una persona pudo abandonar fácilmente un sistema que comprobó ser falso y rápidamente caer en otro con errores igualmente, errores que pueden ser doctrinalmente diferentes, pero a menudo bajo la misma clase de argumentación e idéntico sistema de razonamiento que la organización anterior.
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Muchas personas buscan solamente una libertad negativa. Buscan liberarse de todo, liberarse de sentimientos que impulsan a creer en ciertas enseñanzas, de llevar a cabo ciertas actividades o sujetarse a ciertas normas, por ser impuestas por una autoridad eclesiástica.
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En sí misma esta clase de libertad puede considerarse como una meta apropiada, deseable, al proporcionar liberación de restricciones opresivas y dominio de la mente y el corazón por los hombres de una manera no cristiana. Pero aún así, eso en sí mismo no trae la libertad cristiana. La libertad cristiana implica en primer lugar una libertad positiva (no solamente una libertad de algo, sino una libertad para algo). No es la libertad de no hacer, sino la de hacer así como de ser de lo que somos en la mente y el corazón como individuos. Más bien que por el mero paso de abandonar un sistema religioso que se considera falso, es por lo que hacemos después con nuestra vida por lo que demostramos si hemos conseguido la verdadera libertad.
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No tengo ningún deseo personal de presionar a nadie para que tome un derrotero particular hacia alguna religión en la cual pudiera haber estado afiliado. He mantenido correspondencia con cientos de personas que se asociaban todavía con la organización Watch Tower, algunos de los cuales incluso servían como ancianos. Ninguno de ellos puede decir que yo haya expresado jamás falta de respeto hacia su posición o que haya intentado de algún modo inducirles a desafiliarse. Creo que ese paso, si se toma, debe estar basado en una decisión completamente personal. En muchos casos las consecuencias son lo bastante serias para dejar claro que solamente la persona involucrada debería llevar la responsabilidad por ese paso. La existencia del error por sí mismo no hace que la desasociación sea una obligación moral. No creo que haya algún sistema religioso que esté libre de error.
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Para los que han sido movidos por su conciencia a separarse de un sistema religioso, una solución obvia a su carencia de asociación pudiera parecer que es simplemente unirse a otra religión. Existen cientos de confesiones para elegir, teniendo todas ellas una medida de verdad y una medida de error, aunque la proporción entre lo uno y lo otro puede variar. Yo personalmente no he sentido inclinación alguna para alinearme con ninguna. No es que esté buscando alguna afiliación que esté libre del error. Estoy convencido de que esto no existe. Estoy bastante seguro de que yo mismo no estoy libre de todo el error, y de que nadie lo está tampoco.
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A escala menor, más individual, los nuevos movimientos religiosos a menudo comienzan teniendo una naturaleza más parecida a una tienda de campaña. La mayoría, sin embargo, derivan pronto hacia una organización como de ciudad, que les ofrece el sentido y la apariencia de seguridad, que tiene envergadura y, con ella, poder y—debido a esos factores—bastante influencia. Esto permite que los que se asocian con ella compartan un sentimiento de importancia y de poder corporativo, así como un sentido de estar establecidos más cómodamente.
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En mi propio caso, no tengo ningún deseo de formar  ninguna confesión. Esto no es consecuencia de una renuencia a fraternizar con la gente, o de un interés exagerado por la independencia; tampoco es debido a un sentido complaciente de autosuficiencia, o a una aversión farisaica de arriesgarme a ser “contaminado” por la asociación con aquéllos entre cuyas creencias existen algunas que yo considero equivocadas" - R.F.
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También él reconoce que muchas personas que se habían salido de entre algunas religiones se decepcionaron de él por que se negó a fundar otros grupos sean grandes o pequeños. La razón es la misma que yo he defendido. Buscar reunirse por solo reunirse no significa ningún avance interior en nuestra relación con Cristo y la búsqueda de la Verdad. El paso de ser infantiles a maduros radica en comprender éstas cosas. De otra forma, seguiremos arrastrando los mismos problemas.

No dejo de expresar cierta tristeza o preocupación por los comentarios en este blog. A menudo los considero una extensión más de la misma actitud infantil general de muchas personas religiosas. En estos días finales, queda poco tiempo para fortalecer nuestra relación interior con Dios, y no la agrupación social en torno a una persona, religión, organización, blog, foro o página, nos ayudará. Es la propia investigación y relación fundamentada en Jehová Dios y su Hijo la que nos ayudará.