viernes, 18 de febrero de 2011

"Un Pueblo para su Nombre"

Aunque no sabemos la pronunciacíon correcta del nombre de Dios; YHWH, el simple hecho que las Escrituras nos dicen que este es el nombre personal de Dios debe inspirarnos a la reverencia. La Deidad Bíblica a la que llamamos Jehová, en español, nos dice de manera enfática en su Palabra que Su Nombre será declarado por todas las naciones y que Él producirá un pueblo que no solo invocará Su Nombre, sino que ellos mismos también serán llamados por Su Distintivo Nombre.
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En Hechos 15  los apóstoles y los ancianos de Jerusalén resolvieron la cuestión acerca de la circuncisión. En esa ocasión los apóstoles hicieron una declaración pública basada en los profetas, y; de manera especial, citaron al profeta Amós, diciendo:
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"Después que cesaron de hablar, Santiago contestó, y dijo: “Varones, hermanos, óiganme.  Symeón ha contado cabalmente cómo Dios por primera vez dirigió su atención a las naciones para sacar de entre ellas un pueblo para su nombre.  Y con esto convienen las palabras de los Profetas, así como está escrito:  ‘Después de estas cosas volveré y reedificaré la cabaña de David que está caída; y reedificaré sus ruinas y la erigiré de nuevo,  para que los que queden de los hombres busquen solícitamente a Jehová, junto con gente de todas las naciones, personas que son llamadas por mi nombre, dice Jehová, que está haciendo estas cosas,  conocidas desde la antigüedad’ - Hechos 15: 13- 18.
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.El libro de Hechos cita precisamente de Amós. La profecía de Amós; de manera irrefutable, aplica el nombre distintivo de Dios a los seguidores de Cristo. Lo que debe ser de particular interés es que la profecía de Amós se presta también para ser aplicada a otro tiempo. Notemos el material base de Amós y que dice al respecto. De esa forma tendremos claro quién es el Pueblo para el Nombre de Dios.
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"Porque, ¡miren!, voy a mandar, y ciertamente zarandearé a la casa de Israel entre todas las naciones, tal como uno zarandea el harnero, de modo que ni una piedrecita cae a la tierra. A espada morirán... todos los pecadores de mi pueblo, los que dicen: “La calamidad no se acercará ni llegará hasta nosotros”.’ ”‘En aquel día levantaré la cabaña de David que está caída, y ciertamente repararé sus brechas. Y sus ruinas levantaré, y ciertamente la edificaré como en los días de mucho tiempo atrás,  a fin de que tomen posesión de lo que queda como residuo de Edom, y todas las naciones sobre las cuales ha sido llamado mi nombre’, es la expresión de Jehová, quien hace esto " - Amós 9:9-1
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El reino original de Israel de diez tribus fue destruido por el imperio Asirio y el reino de Judá fue destruido por el imperio Babilonio de Nabucodonosor. Con el tiempo, Jehová restauró nuevamente todas las tribus esparcidas de Israel y las trajo a su tierra original, pero la llamada "Cabaña de David" no fue restaurada cuando Jerusalén fue reedificada por los Judíos repatriados. De hecho, el reino de David nunca más fue restaurado en la Jerusalén terrenal. Como sabemos, la "Cabaña de David" es otra manera de decir "La casa de David", y; por lo tanto, el reino de David. Debido a que Jesús era "Hijo" de David, y el heredero legal al trono de David, entonces podemos decir que la "Cabaña de David" es lo mismo que el reino de Cristo Jesús. Nosotros sabemos que ese Reino aparecerá en la inminencia de estos días.

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La profecía de Amós está en armonía con los otros profetas que predicen que Dios juzgará a su organización, y de esta manera efectuará una separación entre los fieles y los infieles. Amós 9:9 lee:

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"Porque, ¡miren!, voy a mandar, y ciertamente zarandearé a la casa de Israel entre todas las naciones, tal como uno zarandea el harnero, de modo que ni una piedrecita cae a la tierra"

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De acuerdo a la profecía de Amós, el pueblo al que se le adjudica este nombre es aquel que sobrevive la refinación y purificación que se efectúa al final del sistema de cosas. Esta refinación se llevará muy pronto de forma inminente.

El que Dios tome un pueblo para su nombre tiene que ver con mucho más que una aplicación nominal sobre un grupo de gente. Es mas bien una demostración personal de aquellos que santifican y proclaman el nombre de Dios; es más que un simple uso repetitivo del término Yahwe o Jehová. En la medida en que el Propósito de Dios se funde con nuestra Vida llegamos a ser parte del "Causa que llegue a ser".

"En aquel tiempo los que estaban en temor de Jehová hablaron unos con otros, cada uno con su compañero, y Jehová siguió prestando atención y escuchando. Y un libro de recuerdo empezó a ser escrito delante de él para los que estaban en temor de Jehová y para los que pensaban en su nombre.

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.“Y ciertamente llegarán a ser míos —ha dicho Jehová de los ejércitos— en el día en que produzca una propiedad especial. Y ciertamente les mostraré compasión, tal como un hombre muestra compasión a su hijo que le sirve. Y ustedes ciertamente verán de nuevo [la distinción] entre uno justo y uno inicuo, entre uno que sirve a Dios y uno que no le ha servido.” - Malaquías 3: 16-18

Es bueno que lector se de cuenta que la profecía nos indica que se favorece a aquellos que están en temor de Jehová y que "Piensan en su Nombre" y llegan a ser una propiedad especial para Él, EN ESE TIEMPO. Pero, ¿Cuándo sucede esto? El versículo siguiente nos dice que Jehová produce una propiedad especial compuesta de aquellos que aman y temen su nombre poco antes de la Gran Tribulación. Malaquías 4:1, 2 nos dice: "Porque, ¡miren!, viene el día que está ardiendo como el horno, y todos los presuntuosos y todos los que hacen iniquidad tienen que llegar a ser como rastrojo. Y el día que viene ciertamente los devorará —ha dicho Jehová de los ejércitos—, de modo que no les dejará raíz ni rama mayor.  Y a ustedes los que están en temor de mi nombre el sol de la justicia ciertamente brillará, con curación en sus alas; y realmente saldrán y escarbarán el suelo como becerros engordados.”Por lo tanto, podemos decir que ninguna religión HOY cumple con la profecía de ser "Un pueblo para Su Nombre". Sin embargo, ese Pueblo saldrá a la luz muy pronto (después de la refinación), y será por la Fe y por practicar la Esencia del significado del Nombre de Dios.

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.Es relativamente fácil llevar a nuestros labios cierta palabra como un nombre, pero mucho más difícil honrar aquello de lo cual ese nombre o palabra no es más que un símbolo. Honramos y damos a conocer genuinamente el nombre de nuestro Padre en el sentido verdadero sólo si vivimos vidas que demuestran que somos sus hijos, imitándolo a Él en todo lo que hacemos, teniendo a Su Hijo como nuestro ejemplo.
 
Textos tales como Salmo 33:21; 118:10, 11; Proverbios 18:10 y otros, que hablan de cifrar confianza en el nombre de Dios, de mantener a distancia a los enemigos en ese nombre, y de correr a ese nombre para protección, ciertamente quieren decir poner fe en la persona de la cual el nombre particular es solamente un símbolo.

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No olvidemos que la revelación del  Nombre  "Jehová"  en el sentido veraz, crucial y vital llegó a través de Su revelación mediante Cristo, quién mostró al Padre como Persona suprema, todopoderosa, santa, justa, misericordiosa, compasiva, veraz, con propósito, que cumple sus promesas. Un Dios Amor.
 
Tenemos que conocer realmente a la persona representada por el Tetragrámaton.
 
No importa cuán frecuentemente algunas personas, o una organización de gente, puedan pronunciar ese nombre literal (alegando una rectitud especial en virtud del uso repetido de ese nombre), si no reflejan genuinamente en actitud, conducta y práctica lo que la Persona misma es—Sus cualidades, caminos y normas—entonces no han llegado verdaderamente a “conocer su nombre” en el sentido bíblico y verdadero. Solo entonces tras la "Refinación" final aparecerá el Pueblo para el Nombre de Dios y sus verdaderos "Testigos".