lunes, 2 de mayo de 2011

El misterio de los 144.000

"Después de esto vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, reteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara viento alguno sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol.  Y vi a otro ángel que ascendía del nacimiento del sol, teniendo un sello de[l] Dios vivo; y clamó con voz fuerte a los cuatro ángeles a quienes estaba concedido hacer daño a la tierra y al mar,  y dijo: “No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios”.  Y oí el número de los que fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, sellados de toda tribu de los hijos de Israel:  De la tribu de Judá, doce mil sellados; de la tribu de Rubén, doce mil; de la tribu de Gad, doce mil; de la tribu de Aser, doce mil; de la tribu de Neftalí, doce mil; de la tribu de Manasés, doce mil;  de la tribu de Simeón, doce mil; de la tribu de Leví, doce mil; de la tribu de Isacar, doce mil;  de la tribu de Zabulón, doce mil; de la tribu de José, doce mil; de la tribu de Benjamín, doce mil sellados" - Revelación 7:1-8.
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Notamos algo sobresaliente que se ha destacado en este pasaje. Se dice textualmente que los vientos son soltados hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios.  Notemos que NO se dice: "hasta después que hayamos terminado de sellar en la frente a los esclavos de nuestro Dios".  Y entonces se pasa a declarar: "Y oí el número de los que fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil"
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En otras palabras ¡todos los 144.000 deberían ser sellados en el momento final!
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Luego se dice:
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"sellados de toda tribu de los hijos de Israel:  De la tribu de Judá, doce mil sellados; de la tribu de Rubén, doce mil; de la tribu de Gad, doce mil; de la tribu de Aser, doce mil; de la tribu de Neftalí, doce mil; de la tribu de Manasés, doce mil;  de la tribu de Simeón, doce mil; de la tribu de Leví, doce mil; de la tribu de Isacar, doce mil;  de la tribu de Zabulón, doce mil; de la tribu de José, doce mil; de la tribu de Benjamín, doce mil sellados"

El contraste con la Gran Muchedumbre de todas las naciones que aparece inmediatamente después  nos sugiere que el número 144.000 puede ser literal. Sin embargo, ésta aceptación forzosamente nos tiene que hacer aceptar que los componentes de 12.000 de cada tribu también tienen que ser literales. Además hay un contraste claro y explícito al declarar que los 144.000 pertenecen a miembros de las 12 tribus de Israel en contraste con los gentiles que serían la Gran Muchedumbre sin número.

Pero atención. No se dice que los 144.000 sean una nación de Israel en un sentido completo, puesto que se dice que son solo 12.000 de cada tribu. No se está diciendo que las tribus sean solo 12.000, sino que se eligen miembros (12.000) sacados de cada tribu, la cual evidentemente tiene una cantidad indeterminada. Por lo tanto, sería inexacto asociar al Israel espiritual con los 144.000 puesto que ellos no son la totalidad de dicha nación espiritual (o incluso literal), sino más bien una extracción de ciertos miembros de ésta.

Otro punto importante es que sería un error declarar que los 144.000 son judíos espirituales, puesto que se explica con claridad que la tribu de Judá es solo una de las 12.

No olvidemos que la Nación de Israel se dividió en dos reinos y entre el año 740 y 720 a.E.C los Asirios destruyeron el reino de 10 tribus de Israel con su capital Samaria. No se sabe exactamente que sucedió con los habitantes de éstas tribus. Los Mormones alegan que parte de los habitantes de esas tribus fueron a dar a América, otros Rabinos creen que parte de éstas tribus están en el noreste de la India, Etiopia y Japón. Otros los situan en América del Sur y Europa. En realidad, es imposible determinar por agentes humanos quienes son descendientes de las 10 de Israel. Las líneas genealógicas se han extraviado y perdido en la bruma de los siglos.

No olvidemos que solo parte de la tribu de Leví, Benjamín y Judá quedaron en Israel para la época de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonor. Pero las otras 10 tribus ya habían sido dispersadas. Lo que llamamos como el pueblo judío (de Judá) solo corresponde a éstas dos y media tribus que regresaron a Israel y que estaban presentes en los tiempos de Cristo. Actualmente cuando hablamos de la nación de Israel y los judíos solo nos referimos a éstas pocas tribus y no tomamos en consideración el resto de las tribus perdidas.

En la época de Santiago, hermano de Jesús, ya se sabía que habían israelitas (que no es lo mismo que "judíos) esparcidos por los cuatro vientos (Diáspora). Es un hecho que los humanos no pueden hacer un seguimiento del  linaje efectivo.Sin embargo, Apocalipsis declara que son ángeles los que realizan el sellado de los 144.000. Ellos descubrirían a los descendientes de esas tribus, los cuales estarían mezclados en medio de los gentiles. Santiago dice:

"Santiago, esclavo de Dios y de[l] Señor Jesucristo, a las doce tribus que están esparcidas por todas partes" - Santiago 1:1

Pedro introduce un elemento llamado la facultad de la "visión divina" (presciencia) capaz de hallar a éstos escogidos: "Pedro, apóstol de Jesucristo, a los residentes temporales esparcidos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, a los escogidos según la presciencia de Dios el Padre" - 1 Pedro 1:1,2
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Si bien es posible que los 144.000 incluyan a los cristianos del siglo I, al parecer el texto indica que la totalidad o casi totalidad de los cristianos que son miembros de los 144.000 son descendientes literales de las 12 tribus. Debido a que la historia sepultó las líneas de genealogías es imposible determinar si uno tiene o no algún elemento racial proveniente de las 10 tribus. No olvidemos que solo los judíos (provenientes de las 2 tribus) llegan a millones repartidos en todo el mundo. Ellos fueron los únicos que preservaron su cultura y religión, pero no se sabe nada de lo que fué del resto de las 10 tribus, las cuales fueron absorvidas por los gentiles. Sin duda deben existir cientos de millones mezclados en medio de la humanidad.  No obstante, las profecías y el Apocalipsis nos muestran que solo 12.000 individuos descendientes de cada tribu serán contabilizados como humanos con un propósito clave en la salvación del resto de los millones de humanos. 144.000 tendrán que ser activados como los pioneros del renacer planetario.
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En el siglo I algunos tenían cierta claridad sobre éstas cuestiones y habían emprendido una frenética búsqueda por sus líneas genéticas. Por eso Pablo les advirtió:

"ni presten atención a cuentos falsos ni a genealogías, que terminan en nada, pero que proporcionan cuestiones para investigación más bien que una dispensación de cosa alguna por Dios con relación a la fe" - 1 Timoteo 1:4
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"Pero evita cuestiones necias y genealogías y contienda y peleas acerca de la Ley, porque son inútiles y vanas" - Tito 3:9.
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Los cristianos más que averiguar si eran miembros de las tribus perdidas tenían que esforzarse por tener una conciencia espiritual elevada y una comunión sobrehumana con Dios. El resto es algo secundario que solo corresponde a los ángeles. El elemento genético escapa a nuestra comprensión y solo será accesorio en el acto final. Sin embargo, puesto que Dios hace todas las cosas de acuerdo a su magno propósito hará encajar todas las piezas.  Entonces se cumplirán las profecías de restauración de forma perfecta.