¿Qué ocurre con aquellos lugares del Mundo en dónde el cristianismo no ha penetrado o tiene muy poca cobertura? ¿Cómo se declararán las buenas nuevas? ¿Qué esperanza de salvación hay para ellos?
"Es como él dice también en Oseas: “A los que no son pueblo mío llamaré ‘pueblo mío’, y a la que no era amada, ‘amada’; y en el lugar donde se les dijo: ‘Ustedes no son mi pueblo’, allí serán llamados ‘hijos del Dios vivo’”
"¿Qué diremos, pues? Que gente de las naciones, aunque no seguía tras la justicia, alcanzó la justicia, la justicia que resulta de la fe; pero Israel, aunque seguía tras una ley de justicia, no logró alcanzar la ley. ¿Por qué razón? Porque siguió tras ella, no por fe, sino como por obras. Tropezaron con la “piedra de tropiezo” -Romanos 9:25,26, 30-32
“Me he dejado buscar por los que no habían preguntado [por mí]. Me he dejado hallar por los que no me habían buscado. He dicho: ‘¡Aquí estoy, aquí estoy!’, a una nación que no invocaba mi nombre" - Isaías 65:1.
Todas éstas palabras inspiradas nos muestran que Dios de alguna forma se ha manifestado a naciones y grupos que directamente no lo conocen. Hablamos de civilizaciones enteras que no han tenido la revelación directa sobre Jehová y Cristo Jesús, pero que no obstante, gracias a sus maestros orientales de alguna forma han adquirido los valores sobre la fraternidad universal, el perdón, el bien y el amor, que han sido dados a la humanidad:
“Cuando se alcanza el verdadero conocimiento, entonces la voluntad se hace sincera; cuando la voluntad es sincera, entonces se corrige el corazón [...]; cuando se corrige el corazón, entonces se cultiva la vida personal; cuando se cultiva la vida personal, entonces se regula la vida familiar; cuando se regula la vida familiar, entonces la vida nacional tiene orden; y cuando la vida nacional tiene orden, entonces hay paz en este mundo. Desde el emperador hasta los hombres comunes, todos deben considerar el cultivo de la vida personal como la raíz o fundamento” - Confucio- La gran sabiduría
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El caso de Cornelio es notable al respecto.
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"Ahora bien, en Cesarea había cierto varón de nombre Cornelio, oficial del ejército de la banda italiana, como se le llamaba, hombre devoto y que temía a Dios junto con toda su casa, y hacía muchas dádivas de misericordia al pueblo y hacía ruego a Dios continuamente" - Hechos 10:1,2.
Cornelio no era prosélito del judaísmo. Las Escrituras dan prueba concluyente de que este oficial del ejército era un gentil incircunciso en el más completo sentido de la palabra (no era como el eunuco etíope). Si Cornelio hubiese sido un prosélito, Pedro no habría dicho que para él, un judío, era ilícito asociarse con este “hombre de otra raza”, en vista de lo que estaba escrito en la Ley concerniente al residente forastero. (Le 19:33, 34; Hch 10:28.) De haber sido un prosélito, los otros seis judíos que estaban con Pedro no se habrían quedado “asombrados” al ver que se derramaba el espíritu santo “sobre gente de las naciones”. (Hch 10:45; 11:12.) Además, ¿qué razón habrían tenido los “apoyadores de la circuncisión” para discutir con Pedro este asunto si Cornelio hubiese sido prosélito? (Hch 11:2.)
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Puesto que Cornelio no era un gentil convertido al judaísmo, ¿a que Dios realmente hacía ruego?
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No hay evidencia de que fuera al Dios de los hebreos, Jehová*. Los historiadores dan prueba de que los soldados en primer lugar adoraban a Jupiter, como la deidad suprema. Tito Livio nos ha dejado un ejemplo de un ruego de un militar romano:
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*Nota: La T.N.M en Hechos 10:33 da a entender que Cornelio conocía el nombre "Jehová". Sin embargo, dicha expresión no aparece en el texto griego. Mas bien se habla de tou Ky·rí·ou; P74DSyp: “Dios”. Esto se hace patente cuando Pedro le declara las buenas nuevas posteriormente y le dice a Cornelio que "Él envió la palabra a los hijos de Israel"- Hechos 10:36
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“Escucha, Júpiter, yo os pongo por testigo de que tal pueblo (nombra al que sea) es injusto y no satisface lo que es de derecho. Pero sobre esto consultaremos a los ancianos de mi patria, a ver de qué modo vamos a hacer valer nuestro derecho”.
Ser fieles a su religión familiar y desarrollar una serie de virtudes que siguieron siendo modelo de propiamente el romano por siglos. Las más importantes de estas virtudes fueron:
La piedad: ser pío, es decir, el reconocimiento de estar vinculado y subordinado a algo superior, en primer lugar lo divino, pero así mismo a realidades humanas. Se es pius respecto de los dioses si se reconocen sus derechos; se es pius respecto de los padres, los mayores, los hijos y los amigos, respecto a la patria y a los bienhechores y respecto a todo lo que puede provocar el respeto y quizás el afecto, si se reconocen sus derechos sobre uno y se cumple el con el deber en conformidad con ellos.
La gravitas o seriedad de lo que uno es y hace, era otra virtud fundamental para los romanos. La responsabilidad y el empeño en lo que uno hace resultaba fundamental para el ser romano.Firmeza que es la tenacidad o perseverancia para la consecución de los propósitos. Disciplina que es la formación o educación que logra la firmeza del carácter. Industria que es el trabajo arduo.
Cornelio no adquirió sus buenas costumbres (él era apreciado en su zona) por leer las Escrituras Hebreas (como algunos imaginan), sino porque era un buen romano de corazón. Él amaba al prójimo con acciones y era devoto de lo espiritual. El en su fuero interno efectivamente estaba orando a la más alta divinidad*, cumpliendo las palabras de Isaías: "He dicho: ‘¡Aquí estoy, aquí estoy!’, a una nación que no invocaba mi nombre" - Isaías 65:1.
* Nota: Pablo le dijo a los griegos sobre el altar pagano al "Dios Desconocido": "Por lo tanto, aquello a lo que ustedes sin conocerlo dan devoción piadosa, esto les estoy publicando", "para que busquen a Dios, por si buscaban a tientas y verdaderamente lo hallaban" (Hechos 17:23,27).
El ejemplo de Cornelio es notable, puesto que el ángel le dice: "Tus oraciones y dádivas de misericordia han ascendido como recuerdo delante de Dios".
Cuando Pedro llega donde Cornelio ya se había dado testimonio celestial del ángel a este gentil.
Esto es importante, porque antes de que Cornelio (junto a parientes y sus amigos íntimos) reciban el Espíritu Santo y posteriormente fueran bautizados, el apóstol exclama:
Estas palabras tienen una gran importancia. Fueron dichas por Pedro antes de que él le predique a Cornelio, antes de que ellos reciban el Espíritu Santo y sean bautizados. Pedro se da cuenta que una persona que no ha recibido aún el testimonio directo sobre Jesucristo ya puede contar con el favor de Dios.
Éstas palabras no se refieren a personas que ya han aceptado el Evangelio en todo el mundo y como consecuencia obran justicia. No. Más bien, se refieren a personas que en su fuero interno obran lo correcto y temen a un Dios supremo, ¡sin que se les haya dado el testimonio aún!
Pedro solo viene a confirmar el mensaje celestial y posteriormente procede a hablarles sobre Cristo. ¿Que aprendemos?
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Que aún sin que las buenas nuevas hayan llegado en persona a toda la Tierra, hay muchos "Cornelios" esparcidos por el mundo, personas que instintivamente "le temen a Dios y obran justicia". Pedro percibe que pueden existir en el mundo muchas personas ya aprobadas por Dios y que el Padre tiene presente. Algo similar escribió Pablo cuando hablo sobre la "ley interna":
"Porque siempre que los de las naciones que no tienen ley hacen por naturaleza las cosas de la ley, estos, aunque no tienen ley, son una ley para sí mismos. Son los mismísimos que demuestran que la sustancia de la ley está escrita en sus corazones, mientras su conciencia da testimonio con ellos y, entre sus propios pensamientos, están siendo acusados o hasta excusados. Esto será en el día que Dios, mediante Cristo Jesús, juzgue las cosas secretas de la humanidad, conforme a las buenas nuevas que yo declaro" Romanos 2:14-16.
Son interesante las últimas palabras de conclusión de Pablo. Notemos que la "ley interna" de muchas personas que no conocen la Ley Divina, está relacionada con el día que Dios, mediante Cristo Jesús, juzgue las cosas secretas de la humanidad. Pablo tiene claro que la aceptación formal o nominal "de las buenas nuevas que él declara" no son la clave de la salvación final de la humanidad. Dios juzgará los corazones secretos de cada criatura, hayan aceptado formalmente o no las buenas nuevas. También esto será evidente si es que ellos no han tenido la oportunidad de escuchar las buenas nuevas sobre Jesucristo.