jueves, 25 de agosto de 2011

Declaran emergencia en Nueva York y Nueva Jersey por Irene

Nueva York.- Los gobernadores de los estados de Nueva York y Nueva Jersey declararon hoy el "estado de emergencia" con el fin de estar preparados ante la posibilidad de que el huracán Irene llegue a sus costas el próximo domingo.

Nueva York lanza primeras evacuaciones a la espera del huracán Irene

NUEVA YORK — La ciudad de Nueva York ordenó el jueves las primeras evacuaciones ante la posible llegada del huracán Irene, que está en camino de convertirse en el primero en afectar la 'Gran Manzana' en una generación.

El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, declaró el estado de emergencia en todo el estado con el objetivo de coordinar esfuerzos ante la eventual llegada de Irene, mientras que en la vecina Nueva Jersey las autoridades ordenaron la evacuación obligatoria en el área de Cape May.

En Nueva York, el alcalde Michael Bloomberg anunció la evacuación de hospitales y otras instituciones vulnerables en las más zonas más bajas de la ciudad.

"Los hogares de ancianos y de cuidados y esos hospitales deben ser evacuados", salvo excepciones caso por caso, dijo Bloomberg.

Las evacuaciones estarán concluidas en viernes, afirmó Bloomberg en su segunda conferencia de prensa del día retransmitida por la televisión.

La alcaldía resolverá el sábado por la mañana si ordena evacuaciones obligatorias de otros residentes -hasta unas 250.000 personas- en esas áreas de alto riesgo que incluyen la costa de Brooklyn, la punta de Manhattan y partes de Staten Island, agregó Bloomberg.

"Es muy posible que el sábado por la mañana digamos 'tienen que moverse de esas áreas'", señaló.

La llegada del huracán Irene afectaría también el sistema de transporte público, advirtieron responsables.

Los servicios municipales, incluyendo los del transporte, han sido movilizados para trasladar equipos fuera de las zonas potencialmente inundables y la policía comenzó a distribuir botes de salvataje en varios puntos de la ciudad, señaló.

Nueva York no ha afrontado un huracán desde hace un cuarto de siglo y su intrincado laberinto de trenes subterráneos, aeropuertos, carreteras superpobladas y áreas ribereñas densamente habitadas pueden volverla particularmente vulnerable.

Observadores sostienen que la suerte de Nueva York, como la de otras grandes ciudades que el huracán podría atravesar, como Filadelfia, dependerá del rumbo exacto que tome Irene.

El principal peligro, estimó, lo constituirán las inundaciones y la caída de árboles, si lluvias torrenciales caen sobre unos suelos ya saturados por las precipitaciones y el tiempo húmedo que se sucede desde hace semanas.

Bloomberg descartó riesgos para los grandes rascacielos de Manhattan, cuyos ocupantes se vieron esta semana conmovidos por un inusual terremoto.

"Los grandes edificios han sido diseñados como para soportar vientos extremos. No hay razón alguna para que se los evacúe", dijo Bloomberg.

Los mayores daños se darán probablemente en los edificios más vetustos, de madera o ladrillo. "Seguramente van a volar ladrillos", pronosticó.

Informó igualmente que hay varios refugios en preparación destinados a la gente que se viera obligada a abandonar sus viviendas, pero aconsejó a los habitantes de esas áreas que optaran por pedir ayuda a parientes o amigos en zonas no peligrosas.

"Si usted vive en alguna de las áreas potencialmente inundables vea si aquel primo perdido está dispuesto a dejarle pasar la noche en casa", señaló.

Se desconoce, por otra parte, si el fenómeno climático podrá afectar el desarrollo de eventos al aire libre como el abierto de tenis de Flushing Meadows.

Dennis Feltgen, un portavoz del Centro Nacional de Huracanes, indicó que Nueva York no había sido afectado directamente por un huracán desde Gloria, en septiembre de 1985, que golpeó Long Island como una tormenta grado uno.

"Este caso es diferente, porque se trata de un huracán lento, que puede causar impactos durante un período más largo y en áreas más amplias", estimó. "Puede que las ciudades reciban impactos directos, incluyendo Washington DC, Baltimore, Nueva York o Boston. La amenaza a la que deben hacer frente es muy grande", concluyó Feltgen.