Los primeros grupos rebeldes lograron llegar a la periferia de la capital libia en la noche del sábado y rápidamente situaron sus posiciones en los principales barrios de la ciudad, sin apenas encontrar resistencia entre las fuerzas gadafistas.
A esta primera avanzadilla se unieron más tarde los combatientes antigadafistas del Frente Occidental y los comandos ubicados en el sur y en Misrata, quienes lograron entrar por mar a la capital libia.
En Bruselas, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Ramsussen, aseguró que el régimen de Gadafi estaba "claramente desmoronándose", y sostuvo que el líder libio "no puede ganar la batalla" contra sus propios ciudadanos.
"Ahora es el momento de que cesen todas las amenazas contra los civiles, tal y como ha exigido el Consejo de Seguridad de la ONU. Ahora es el momento de crear una nueva Libia, un Estado basado en la libertad y no en el miedo; en la democracia y no en la dictadura; la voluntad de la mayoría y no el capricho de unos pocos", indicó.