Haremos un análisis conceptual y visual de la imagen del símbolo en la escena que observa Juan. Utilizaremos las pistas de Daniel como base para el razonamiento, antes de proponer una hipotética identidad a la bestia. De esa forma evitamos cometer el error de lograr interpretaciones cambiantes y colocar distintas identidades, forzando la profecía a los sucesos históricos, en vez de dejar que el molde profético nos indique el camino:
El dragón está parado frente a su bestia que emerge del mar. De manera similar el dragón también está de pie observando a la Mujer que está a punto de dar a luz. Esto nos muestra cierta pausa, para luego sacar a luz su creación final.
La bestia salvaje es un organismo similar a un “mutante” que tiene: 10 cuernos, siete cabezas, diez diademas sobre los cuernos, y nombres blasfemos sobre sus cabezas. El cuerpo o aspecto general es similar a un leopardo, tiene pies de oso y boca de león. Esto significa un grupo de potencias que actúan de forma coordinada y unida. El que existan diademas sobre los cuernos indica que aún mantienen cierta independencia (gobernación propia) y que actúan como bestia al realizar objetivos comunes.
¿Qué pueden representar las siete cabezas?
Cuando en Daniel 7 se habló del leopardo alado, se mostró que tenía 4 cabezas. Esas 4 cabezas sin duda representaban al Imperio Macedonio con sus cuatro generales a la cabeza. También indicaban la dirección global de las conquistas de ese Imperio. Aún cuando el gran reino de Alejandro se dividió en 4 zonas, éstas siempre siguieron siendo reinos griegos o helénicos.
Este detalle es importante porque se dice que la Bestia Salvaje de Apocalipsis 13 “era semejante a un leopardo”. En las muchas ilustraciones religiosas que he revisado al respecto se comete el error de pintar a la bestia con cabeza de león, pero el Apocalipsis es muy gráfico y claro, y solo dice que la boca de la bestia “era como boca de león”. Una de las pocas ilustraciones correctas a nivel general (pero que aún tiene errores) es la que he subido en esta entrada.
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Esto demuestra que la totalidad del aspecto general de la bestia es como de leopardo, incluyendo sus cabezas, lo cual nos recuerda al leopardo alado y sus cuatro cabezas de Daniel 7. Si esto es así, las siete cabezas de la bestia deberían ser miembros o potencias que provienen originalmente de una potencia y no potencias sucesivas ni potencias que no compartan el mismo tronco o cuerpo común.
Por el día de hoy dejaré hasta aquí el estudio del símbolo visual. Es evidente que para entender el auténtico cumplimiento tenemos que lograr una comprensión cabal y madura del símbolo visual. No lograremos mucho si nos adelantamos y comenzamos a especular con posibles actores, si primero no maduramos lo que significa la imagen profética en sí. Creo que esta es la forma menos especulativa y más honesta para lograr el verdadero entendimiento de lo que es la bestia salvaje.
