sábado, 17 de septiembre de 2011

"Y la cosa que se ha visto acerca de la tarde y la mañana, de que se ha dicho, es verdadera"


"Ofrecerás un cordero a la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde" - Exo 29: 39 

"Y llegué a oír a cierto santo hablando, y otro santo procedió a decir a aquel que estaba hablando: “¿Cuánto durará la visión del [rasgo] constante y de la transgresión que causa desolación, para hacer tanto [del] lugar santo como [del] ejército cosas para hollar?”.  De modo que él me dijo: “Hasta dos mil trescientas tardes [y] mañanas; y [el] lugar santo ciertamente será llevado a su condición correcta” - Daniel 8:13,14.

¿Cómo podemos lograr un entendimiento correcto de lo que son las 2300 tardes y mañanas? No olvidemos que para aproximarnos a la verdad tenemos que tomar en cuenta el contexto y las palabras que están utilizadas en ese contexto.
.
Notamos que la respuesta de las "2300 tardes y mañanas" es consecuencia directa de esta pregunta:

¿Cuánto durará la visión del [rasgo] constante y de la transgresión que causa desolación, para hacer tanto [del] lugar santo como [del] ejército cosas para hollar?

Notamos que la visión que debe durar (2300 tardes y mañanas)  se refiere al "rasgo constante y el lugar santo". Esto está en completa armonía con los versículos anteriores:

"y de él el [rasgo] constante fue quitado, y el lugar establecido de su santuario fue echado abajo.  Y un ejército mismo fue gradualmente entregado, junto con el [rasgo] constante" - Daniel 8:11,12

La expresión "rasgo constante" significa literalmente según la Traducción del Nuevo Mundo:

“el [sacrificio] continuo”, M(heb.: hat·ta·mídh) Sy; lat.: iú·ge sa·cri·fí·ci·um, “el sacrificio continuo”; LXXBagster (gr.): thy·sí·a, “sacrificio”

Con mucha claridad queda establecido que se refiere a los sacrificios animales ofrecidos en el santuario o templo. Daniel nos está hablando de como los sacrificios en el templo son suprimidos por el cuerno. 

Esto nos arroja luz sobre lo que son realmente las "dos mil trescientas tardes [y] mañanas; y [el] lugar santo ciertamente será llevado a su condición correcta".

Los sacrificios diarios fueron divididos en sacrificios de la mañana y de la tarde

Tal como aparece citado en el texto del principio de la entrada, los sacrificios diarios fueron divididos en sacrificios de la mañana y de la tarde (Éxodo 29:39).

Los textos de la Biblia nos dicen que las lámparas del Menorah debían ser encendidas por la tarde de modo que quemaran durante la noche. La práctica en el Templo consistía en que tres estarían encendidas durante el día y todas las siete por la noche (según Josefo, (Antiq, III, 8,3), pero según el Mishnah, era una durante el día y todas las siete por la noche (m. Tam. 3:9); 64:1; igual que Sifra en Lev. 24:1-4, ref. Schurer, n. 17, p. 297).

La Biblia nos muestra que en algunos casos el ofrecimiento de la mañana era un holocausto y el sacrificio de la tarde, por lo general, era una ofrenda de cereales (2 Reyes 15:16) (cit, Schurer, Ibíd., p. 300). Así, "en la ofrenda de cereales" se quería decir hacia la noche (1 Reyes 18:29-36). Sin embargo, también sabemos que los ofrecimientos de holocaustos fueron hechos por la tarde (Esdras 9:4,5; Daniel 9). Schurer enfatiza este punto para afirmar que hubo modificaciones en el sacrificio. Ezequiel nos muestra que un ofrecimiento de holocausto y un ofrecimiento de cereales se hicieron por la tarde (Ezequiel 46:13-15). Sin embargo, Schurer afirma que esto es un indicio de que los sacrificios se cambiaron. Para apoyar esa afirmación, entonces él afirma que los textos son compuestos, y el así llamado "código Sacerdotal" determina que se haga un ofrecimiento de holocausto y un ofrecimiento de cereal, tanto en los sacrificios de la mañana como en los de la tarde, y un ofrecimiento de vino con cada uno (Éxodo 29:38-42; Núm. 28:3-8). La norma de un ofrecimiento de holocausto dos veces al día era de hacía mucho tiempo, como lo sabemos de Crónicas (l Cró. 15:40; 2 Cró. 8:11, 3 1:3) y del Éxodo que hemos citado.

La verdad del tema es que tanto los sacrificios de la Mañana como los de la Tarde eran sistemas completos de adoración, y requerían de un cuidado, de esfuerzo y de atención adecuados de las tres áreas de la nación, desde los Sacerdotes y Levitas hasta las Divisiones Nacionales en sus áreas de  residencia. El sacrificio de la Mañana requería que los procedimientos sean puestos en práctica a partir de la primera hora de la mañana, cuando el día había comenzado y los oficiales que lo deseaban comenzaban limpiando las cenizas del altar del ofrecimiento de holocausto. Aquellos que deseaban llevar a cabo la labor, se habían bañado antes de la llegada del oficial de la división. Se echan a la suerte para realizar la tarea. A la luz del fuego del altar, el elegido lavaba sus manos y pies en la tina de bronce que estaba al  pie entre el Templo y el altar. Subió la escalera y limpió las cenizas con una cazuela de plata. Durante esta actividad, los sacerdotes que preparaban el ofrecimiento de grano cocido al horno del Sumo Sacerdote atendieron sus tareas.

Entonces se llevaba leña fresca al altar. Cuando se encendía, los sacerdotes lavaban sus manos y pies e iban al lishkath ah-gazith, que era el lugar de reunión del Sanedrín hasta el tiempo de la destrucción del Templo relacionado con los procedimientos de noche (ref. Schurer, Ibíd., p. 224-225).

Por lo tanto, a la luz del contexto y las prácticas judías los 2300 días no deben interpretarse como 2300 días  literales, sino como 2300 sacrificios de mañana y tarde, es decir, 1150 días.

Para la Iglesia Adventista esto supone un gran problema (que desbarata su cronología que los lleva a 1844 como año clave), y se han apresurado a descartalo. Basicamente alegan que la idea de  los 1150 días queda descartada porque dentro de tal período de tiempo no caben 1260 días. Se dice por los adventistas que puesto que Tres años y medio son 42 meses de 30 días (Ap 13:5) ó 1260 días y no 1150,   la teoría debe descartarse.

El argumento es lamentable puesto que el mismo libro de Daniel nos habla de un periodo distinto a la cifra redonda de 1260 días. En el último capítulo de Daniel se nos muestra la cifra de 1290 días y 1335 días. Estas cifras ya difieren de la cifra 1260 días. La única solución a esto es que son extensiones del mismo periodo de 1260 días: 30 + 45 días. No sabemos exactamente que sucederá en esos días, pero todo tiene que ver con el climax de la refinación sobre los cristianos. Por lo tanto, la cifra de 1150 días no puede descartarse en absoluto. Sin duda es un periodo que está inserto dentro de los tres años y medio, con una diferencia de 110 días con la cantidad 1260. No podemos afirmar en que momento deben comenzar a contarse, pero sin duda tienen que estar dentro de ese periodo, tal como los 1260 días están insertos en un periodo total de 1335 días.

Finalmente es el contexto, y las relaciones del lenguaje las que deben gobernar la deducción correcta y no el que una cifra cuadre o no con la cronología. Cómo he dicho muchas veces: Ese es el gran error para interpretar las profecías. Por ejemplo, pese a toda la evidencia contextual y bíblica interna de que la Parausía no puede calcularse o descubrirse en que año ocurrirá, la Watchtower insiste en someter esa enseñanza a una cronología externa o adyacente, como si esta tuviera más peso que la propia declaración bíblica.
.
Uno de los errores que descarriaron a los Adventistas fue el utilizar la versión de la Biblia del Rey Jaime (King James Version).  William Miller y los pioneros adventistas obviamente desconocían estos errores, y los desviaron sin que se dieran cuenta. Y esto los llevó a la idea falsa del regreso de Cristo para 1844. Sin embargo, actualmente no han tenido el valor para rectificar el asunto. Se les hace tan difícil como a los testigos de Jehová se les dificulta reconocer el error de asociar a 1914 con la entronización y Parausía de Cristo.

La traducción de Daniel 8:14 reza: “Hasta dos mil y trescientos días de tarde y mañana; y el santuario será purificado” [Nota del traductor: la KJV solo incluye la frase “Hasta dos mil y trescientos días”.] Aquí y en el capítulo 9 la KJV (Rey Jaime) refleja incorrectamente el texto hebreo de Daniel en cuatro lugares particulares. 

En el hebreo original y en la NRSV [New Revised Standard Version] reza así: “Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será restablecido a su legítima condición”. [Nota del traductor: Véase La Biblia de las Américas en donde reza “Por dos mil trescientas tardes y mañanas; entonces el lugar santo será restaurado”.] La Traducción del Nuevo Mundo de la Watchtower también ha traducido correctamente este texto de Daniel.
.
La palabra hebrea para “días”, yamim, no se encuentra en el texto hebreo de 8:14, el cual simplemente reza erev boquer, “tarde mañana.” “Días” es una interpretación, no una traducción. Cuando Daniel quería decir “días” fue consecuente y escribió “días”, yamim (como aparece en los otros pasajes de Daniel alusivos a los 1290 y 1335 días). Cuando las palabras erev y boquer ocurren en el contexto del santuario (como en 8:14), sin excepción alguna siempre se refieren a los servicios de adoración inmolando el sacrificio en la tarde o en la mañana o a algún otro aspecto del santuario y su ritual. Estos sacrificios se ofrecían tamid “regularmente” a la caída de la tarde y en la mañana al rayar el alba. Véase por ejemplo Éxodo 29:38-42 y Números 28:3-6. Erev a veces precede a boquer en vista de la costumbre hebrea que comenzaba el día con la puesta del sol. Erev se refería particularmente al ocaso asociado con la puesta del sol y boquer con el albor a la salida del sol, y no a las porciones de luz y oscuridad de un día de 24 horas. Por lo tanto, aunque el Génesis nos habla de la "tarde y mañana" en relación a cada día creativo, su sentido, contexto y uso es completamente diferente a lo narrado en Daniel capítulo 8.

La interpretación tradicional considera erev boquer, “tarde mañana” un término compuesto indicando un día de 24 horas (acudiendo al Génesis como ayuda). Pero de acuerdo al versículo 26 haerev we haboquer, “la tarde y la mañana”, son partes diferenciadas, tal cual lo requiere la repetición del artículo definido. La pregunta del versículo 13, y por tanto la respuesta del 14 ambas enfocan el santuario y la época durante el cual el sacrificio del holocausto contínuo (tamid) fue proscrito. De tal modo, erev boquer en el versículo 14 se ha de comprender en el marco de los ritos del santuario referente especialmente a la ofrenda del holocausto tamid (contínuo). En otras palabras, el versículo 26 (que está hablando del mismo asunto) nos da claridad:

”Y la cosa que se ha visto acerca de la tarde y la mañana, de que se ha dicho, es verdadera" - Daniel 8:26.

Cómo notamos, el versículo 26 nos muestra que  haerev we haboquer, “la tarde y la mañana”, son partes diferenciadas, tal cual lo requiere la repetición del artículo definido. Y si sumamos esto al contexto del sacrificio continuo y el Templo, llegamos a la conclusión correcta.

Obsérvese también que la pregunta del versículo 13, la cual responde la Biblia con el versículo 14, pregunta por cuánto tiempo el tamid, o “la ofrenda regular del holocausto” ya mencionada en el versículo 11, sería “pisoteado”. En vez del tamid del versículo 13, sin embargo, el versículo 14 sustituye la expresión erev boquer, de tal modo llamando la atención al hecho que los dos son términos sinónimos para lo mismo, los servicios de adoración mediante el holocausto sacrificado al anochecer y al amanecer. De hecho, ambos términos aparecen juntos en los pasajes arriba mencionados con respecto a los dos servicios diarios de adoración. (En 8:11 y 14 la NRSV – correctamente—añade “ofrenda del holocausto” al término “contínuo”, tamid reconociendo que tamid se refiere a la ofrenda diaria del holocausto contínuo.)

De acuerdo a los versículos 9-12, el  cuerno pequeño invade la “tierra deseable” y derroca al santuario ubicado allí – obviamente el santuario, o templo, en Jerusalén. Hoy sería el Templo Espiritual de los cristianos esparcidos por el mundo. El versículo 14 en sí particulariza el plazo de tiempo que el santuario quedaría derrocado y su holocausto continuo suspendido. Estas son las actividades de libre adoración de los cristianos y su sacrificio de alabanza.  Ese plazo sería el tiempo durante el cual 2300 “holocaustos continuos” normalmente hubieran sido ofrecidos. Siendo que cada día se ofrecían dos de esos sacrificios, eso sería 1150 días literales de 24 horas, o tres años, dos meses, y diez días. ¿Cuándo pasaría eso? Los versículos 21 al 25 especifican que todo eso, incluyendo la purificación o restauración del santuario a su legítima condición, ocurriría poco después el cierre de la era griega de los cuatro cuernos (helenista) de la profecía. Actualmente correspondería al momento en que la Bestia tenga una acción idéntica al prototipo del accionar que tuvo Antioco IV (quién fué un modelo del ataque final contra los cristianos).

Se requiere que la Iglesia esparcida por el mundo en medio de la Mala Hierba de estructuras formales, como el cuerpo de reyes y sacerdotes, ofrezca oraciones cada día, tanto de mañana como de noche (Éxodo 30:7-8). La preparación y las oraciones de la mañana preceden la hora del ofrecimiento del sacrificio de la Mañana, y las oraciones de la tarde siguen después del sacrificio de la Tarde. Así, nuestras oraciones actúan como el ofrecimiento de incienso y la luz de la Lámpara de Oro que está de pie ante del Santo de los Santos, e interceden con Dios para el mundo. Por eso a los veinticuatro ancianos se les encarga dirigir nuestras oraciones y de asistirnos (Apo. 5:8-10). Pero esto no significa que tengamos un sistema ritual o mecánico de orar en ciertas horas del día, y predicar y alabar a Dios con buenas obras de amor con un programa. Significa más bien la constancia de que vivimos día a día consagrados a la voluntad de Dios:

"Por la mañana siembra tu semilla, y hasta el atardecer no dejes descansar la mano; pues no sabes dónde tendrá éxito esto, aquí o allí, o si ambos a la par serán buenos" - Ecle. 11:6

Pronto, la libertad para hacer el bien, para demostrar amor en todas sus facetas, será perturbada por tres años y medio. Aprovechemos el poco tiempo que queda para expandir nuestra luz y nuestros sacrificios de alabanza cada día: desde la mañana y hasta el atardecer.