Todos
 hemos perdido seres muy cercanos por la muerte. Analizar la esperanza 
bíblica de la Resurrección nos ofrece una cualidad maravillosa de 
Dios relacionada  con sus criaturas. Los que han puesto su confianza en 
el Hijo de Dios y en su sacrificio tienen la garantía de la 
resurrección. Debido a la absoluta certeza de esa promesa, Jesús habla 
de ellos como si ya poseyeran vida eterna.(Juan 3:36; 5:24) Por eso, 
desde el punto de vista de Dios, aunque éstos hayan muerto, todos viven,
 tal y como dice Jesús en Lucas 20:37, 38. Hemos de reconocer que el 
punto de vista de Dios es superior al nuestro y debido a que Él sabe que
 va a hacer algo, puede, como dice el apóstol, 'llamar a las cosas que 
no son como si fueran.' (Romanos 4:17) De modo que cuando leemos las 
Escrituras, debemos tener en mente que aunque desde el punto de vista 
humano vamos al sueño inconsciente de la muerte, desde el punto de vista
 de Dios nuestra vida es todavía una realidad y una cosa segura. Para 
nosotros, la muerte ha 'perdido su aguijón.'- 1 Corintios 15:55-57.
Es cierto que desde nuestra realidad la muerte es efectiva, dolorosa y real. Sin embargo, nuestra percepción del tiempo es muy distinta a la de Dios. Y ¿acaso no es Jehová Dios la auténtica realidad?
 ¿Acaso no somos una sombra fugaz en medio de la Eternidad? ¿Qué es 
realmente Real? ¿La Sombra o el Objeto Real? Cuando captamos éstas cosas
 y la finitud de nuestro tiempo, entendemos que el Dios Padre es la 
auténtica realidad. Por eso Cristo dijo una verdad trascendental.
"Pero el que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso, en el 
relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová ‘el Dios de Abrahán y 
Dios de Isaac y Dios de Jacob’.  Él no es Dios de muertos, sino de 
vivos, porque para él todos ellos viven" - (Lucas 20:37-38) 
.
La nota de la T.N.M dice: “porque, desde su punto de vista, todos ellos viven”   
.
El punto de vista de Dios es el real. Para Jehová un 
día son mil años humanos*. Por lo tanto, la muerte de una persona y los 
largos años que nos separan de ella para Dios no existen. Desde esa 
perspectiva eterna la muerte no existe.
Nota: En realidad Dios no está sometido al espacio y al tiempo, y por 
ende la afirmación de los 1000 años es una comparación que muestra la 
diferencia abismal entre la Perspectiva de Jah y la humana.
Por esa razón los resucitados pueden experimentar su despertar de forma instantánea, ya que el estado de inexistencia mortal es un 
estado de no-tiempo en la no conciencia de la criatura, ¡porque esa 
criatura no existe en ese lapso humano! 
La muerte y resurrección no solo nos recuerda lo maravilloso que es Dios
 con la esperanza de volver a vivir. También obtenemos un aprendizaje 
saludable de apreciar cada minuto que tenemos con vida. De hecho, un 
punto de vista sano y realista sobre la vida es que tenemos más 
posibilidades de morir que cualesquier otra cosa. Santiago dice:
"cuando el caso es que ustedes no saben lo que será su 
vida mañana. Porque son una neblina que aparece por un poco de tiempo y 
luego desaparece" - Santiago 4:14.
Todos por lo tanto, tenemos que contemplar la muerte con una 
disposición diferente. Dios ha sido tan generoso que incluso nos prepara
 para morir cada noche. Cuando nos acostamos, ¿como lo hacemos? ¿con 
miedo o confiados? Esa misma confianza tenemos que tener al enfrentarnos
 a la muerte. La única diferencia es que no despertaremos con pijama. 
Jesús mismo habló de la muerte de Lázaro como "un sueño". Asi, cada noche nos "entrenamos" para morir. También cada despedida es un ensayo para morir. Cada separación y cada fracaso. Pero tal como la noche anuncia la llegada de un nuevo día, así sucede con la muerte.
Nuestra cultura hace a un lado el tema de la muerte, nadie nos 
prepara para la partida de amigos y familiares. Se vuelve un "tabú" del 
que nadie quiere hablar, pero es importante quitarle hierro a la muerte.
 Es una "enemiga", pero ante la perspectiva de la realidad del Dios Vivo
 la muerte no tiene "aguijón" alguno.

