Es triste decirlo, pero en estos últimos días, muchos cristianos están actuando de forma infantil y relajada. Al meditar en que aparentemente no han existido cambios, sucumben a la trampa del materialismo y se vuelven a realizar grandes proyectos. Acumulan bienes, coches y propiedades, de la misma forma como los israelitas se hicieron de caballos y casas de marfil. No entienden que la aparente estabilidad tras la crisis es la trampa perfecta.
Solo si meditamos en los últimos sucesos de los últimos 430 días nos daremos cuenta de que nada es azar. Estudiar los mensajes a las siete congregaciones del Apocalipsis es vital para no ser devorados por el fuego de nuestro señor Jesús cuando actúe en la refinación final. En estos días que las voces piden paz en el mundo y observamos los movimientos de las piezas políticas es esencial estar alertas. Siguen ocurriendo terremotos, de hecho a vuelto a Temblar en Asía, y esto es solo el anticipo de grandes acontecimientos.