martes, 13 de octubre de 2009

No tenga temor a encontrar los tesoros de la Palabra de Dios


Quizás los artículos anteriores hayan causado más de alguna perturbación en quienes el asunto de 1914 está dogmatizado. Como he señalado en algunos comentarios, solo pido que estudien y lean las Escrituras con corazón y mente abierta, pidiendo la guía del Espíritu de Dios. Encontrarán verdades profundas, pero que a la vez son sencillas como el agua.

La Biblia fué escrita para el hombre común. De otras forma, habría sido reservada para un grupo selecto de "iniciados en los altos misterios". Nada más lejos de la realidad. Desde el humilde campesino hasta el hombre de ciudad, todos pueden obtener joyas y verdades, profundas pero sencillas, como la misma creación.

Para encontrar las verdades y nueva luz, debes dejar de creer que lo sabes todo. Si lo sabes todo, ¿para que estudiar e investigar? Así, cuando leas un pasaje, debes tener estos puntos presentes:

Lee todo el relato y el capítulo para tener claro el contexto. Sigue el hilo conductor del relato, que aunque sea profético está escrito con lógica y orden. El mismo relato te da las mismas respuestas. Resiste la tentanción de explicar el relato inmediatamente con otros textos de otros libros. Primero agota las explicaciones que te da el mismo relato, y luego, una vez agotadas, puedes buscar ayuda de otros pasajes. De lo contrario, haríamos una especie de "trampa" inconsciente y caemos en el posible error obtener una interpretación equivocada. Por ejemplo, si lees bien el capitulo 24 de Mateo, te darás cuenta de que Jesús en determinados versículos contesta lo de la señal y su presencia (cuando habla de la Gran Tribulación). Eso de "la señal compuesta", etc. son frases que no aparecen en el relato y te generan distracción para investigar y leer bien.

La Biblia es la fuente suprema de autoridad. Bien decía Lutero cuando dijo: "Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón". Por lo tanto, aunque nos cueste, debemos esforzarnos por someternos a lo que dice claramente la Biblia y no a interpretaciones externas que pensamos que explican o reemplazan lo que ya sale con claridad expresado. Este es el desafío para la nueva generación de buscadores de la verdad de todos los credos. Un saludo afectuoso.