Los Pactos bíblicos son convenios, alianzas o acuerdos entre Dios y el hombre. Nos recuerdan que él es un amigo fiel y verdadero. En las Escrituras hay una gran cantidad de pactos entre Dios y la humanidad, o entre los mismos hombres. Por citar algunos más sobresalientes: Pacto Edénico, El Pacto Abrahámico, El Pacto de la Circuncisión, El Pacto de La Ley Mosaica, El Pacto Davídico, El Nuevo Pacto.
Sin embargo, de todos los Pactos hay 3 pactos que tienen una importancia y longitud mayor de duración. Por eso son claves en el Estudio Cronológico ya que pueden ser indicadores de tiempo y sucesos.
Primero, hablamos del Pacto Edénico, cuya duración aún no ha terminado. Este Pacto fue establecido al momento de la trasgresión de Adán y es mencionado en Génesis 3:15. Involucra la promesa de una descendencia que “magullaría” en la cabeza a la serpiente (Satanás). Esta descendencia principal es Jesucristo, como parte principal, y los 144.000, como parte secundaria. A través de esta simiente, todas las familias de la Tierra durante el Nuevo Mundo se bendecirán. Después del milenio, esto tendrá una conclusión final. Como vemos, tiene una larga duración, y por lo tanto, aún es válido.
Segundo, tenemos la alianza de Jehová con Abrahán, que profundiza en la cuestión expuesta en Génesis 3:15. A través de éste Patriarca llegaría la simiente. En Génesis 12: 1-4 se muestra este Pacto, cuando Abrahán tenía 75 años. Más adelante, Jehová vuelve a ratificar este convenio con Abrahán y esto sale narrado con claridad en Génesis 15:18. No obstante, poco antes ocurre un suceso muy significativo después de una lucha de Abrahán contra los reyes Cananeos:
Y Melquisedec rey de Salem sacó pan y vino, y él era sacerdote del Dios Altísimo. Entonces lo bendijo y dijo:
“¡Bendito sea Abrán del Dios Altísimo,
Productor de cielo y tierra;
y bendito sea el Dios Altísimo,
que ha entregado a tus opresores en tu mano!”.
Ante aquello, Abrán le dio el décimo de todo. (Génesis 14:18-20)
Este suceso está muy relacionado con los convenios o pactos con Abrahán, y es comentado ampliamente en la carta de Pablo a los Hebreos. Jesús es una clara representación de Melquisedec, aquel especial rey y sacerdote (Hebreos 5:6,10). Es muy interesante que Melquisedec utilizara pan y vino (en vez de hacer una ofrenda animal) en la reunión que sostuvo con Abrahán. Este importante encuentro sin duda fue un anticipo de aquella memorable reunión de la última cena en dónde Cristo utilizó pan y vino con sus apóstoles al establecer el Nuevo Pacto. Melquisedec representó a Cristo. Abrahán (de quien saldrían las 12 tribus) representó a los 12 apóstoles, los cuales serían la base de los 144.000.
Sin embargo, de todos los Pactos hay 3 pactos que tienen una importancia y longitud mayor de duración. Por eso son claves en el Estudio Cronológico ya que pueden ser indicadores de tiempo y sucesos.
Primero, hablamos del Pacto Edénico, cuya duración aún no ha terminado. Este Pacto fue establecido al momento de la trasgresión de Adán y es mencionado en Génesis 3:15. Involucra la promesa de una descendencia que “magullaría” en la cabeza a la serpiente (Satanás). Esta descendencia principal es Jesucristo, como parte principal, y los 144.000, como parte secundaria. A través de esta simiente, todas las familias de la Tierra durante el Nuevo Mundo se bendecirán. Después del milenio, esto tendrá una conclusión final. Como vemos, tiene una larga duración, y por lo tanto, aún es válido.
Segundo, tenemos la alianza de Jehová con Abrahán, que profundiza en la cuestión expuesta en Génesis 3:15. A través de éste Patriarca llegaría la simiente. En Génesis 12: 1-4 se muestra este Pacto, cuando Abrahán tenía 75 años. Más adelante, Jehová vuelve a ratificar este convenio con Abrahán y esto sale narrado con claridad en Génesis 15:18. No obstante, poco antes ocurre un suceso muy significativo después de una lucha de Abrahán contra los reyes Cananeos:
Y Melquisedec rey de Salem sacó pan y vino, y él era sacerdote del Dios Altísimo. Entonces lo bendijo y dijo:
“¡Bendito sea Abrán del Dios Altísimo,
Productor de cielo y tierra;
y bendito sea el Dios Altísimo,
que ha entregado a tus opresores en tu mano!”.
Ante aquello, Abrán le dio el décimo de todo. (Génesis 14:18-20)
Este suceso está muy relacionado con los convenios o pactos con Abrahán, y es comentado ampliamente en la carta de Pablo a los Hebreos. Jesús es una clara representación de Melquisedec, aquel especial rey y sacerdote (Hebreos 5:6,10). Es muy interesante que Melquisedec utilizara pan y vino (en vez de hacer una ofrenda animal) en la reunión que sostuvo con Abrahán. Este importante encuentro sin duda fue un anticipo de aquella memorable reunión de la última cena en dónde Cristo utilizó pan y vino con sus apóstoles al establecer el Nuevo Pacto. Melquisedec representó a Cristo. Abrahán (de quien saldrían las 12 tribus) representó a los 12 apóstoles, los cuales serían la base de los 144.000.
En Hebreos 6: 13-20 Pablo comenta: “Porque cuando Dios hizo su promesa a Abrahán, puesto que no podía jurar por nadie mayor, juró por sí mismo, diciendo: “De cierto, bendiciendo te bendeciré, y multiplicando te multiplicaré”. Y así, después que [Abrahán] hubo mostrado paciencia, obtuvo [esta] promesa. Porque los hombres juran por el que es mayor, y su juramento es el fin de toda disputa, ya que para ellos es una garantía legal. De esta manera, Dios, cuando se propuso demostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, intervino con un juramento, a fin de que, mediante dos cosas inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos nosotros, los que hemos huido al refugio, fuerte estímulo para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. Esta [esperanza] la tenemos como ancla del alma, tanto segura como firme, y entra cortina adentro, donde un precursor ha entrado a favor nuestro, Jesús, que ha llegado a ser sumo sacerdote a la manera de Melquisedec para siempre”.
Al haber analizado de forma detenida las Escrituras Griegas Cristianas, ciertamente el Pacto de Jehová con Abrahán es el más comentado, y el que mayor aplicación tiene incluso para los cristianos ungidos, que son herederos de este Pacto. Este es solo superado por el Nuevo Pacto de Jesús en la última cena. Pero hasta el Pacto de La Ley es superado por el Pacto de Abrahán. El Pacto de la Ley Mosaica que incluía los sacrificios animales fue caducado por Jesús al realizar el Nuevo Pacto en virtud de su sangre derramada. En cambio, el Pacto de Abrahán y Cristo se conectan de una manera muy importante en las Escrituras Griegas Cristianas.
Hebreos 7:4-12: “Contemplen, por lo tanto, cuán grande era este hombre (Melquisedec) a quien Abrahán, cabeza de familia, dio el décimo de los despojos principales. Es verdad que los hombres de los hijos de Leví que reciben su oficio sacerdotal tienen mandamiento de cobrar los diezmos del pueblo según la Ley, es decir, de sus hermanos, aunque estos hayan procedido de los lomos de Abrahán; pero el hombre que no derivó de ellos su genealogía tomó diezmos de Abrahán y bendijo al que tenía las promesas. Ahora bien, sin disputa alguna, lo menor es bendecido por lo mayor. Y en el primer caso, hombres que mueren son los que reciben los diezmos, pero en el otro caso es alguien de quien se da testimonio de que vive. Y, si se me permite usar la expresión, mediante Abrahán hasta Leví, que recibe diezmos, ha pagado diezmos, porque este todavía estaba en los lomos de su antepasado cuando Melquisedec salió a su encuentro. Por eso, si la perfección realmente fuera mediante el sacerdocio levítico (porque con este como rasgo se dio la Ley al pueblo), ¿qué necesidad habría todavía de que se levantara otro sacerdote a la manera de Melquisedec, y del que no se dijera que es a la manera de Aarón? Porque ya que se está cambiando el sacerdocio, por necesidad llega a haber también un cambio de la ley”.
El pasaje citado es claro, el Pacto con Abrahán y la relación con Melquisedec es superior a la Ley Mosaica y se relaciona directo con Jesús de Nazaret (Hebreos 8:6). Asi que hay una clara conexión entre el Pacto Edénico (de la descendencia), el Pacto Abrahámico y el Nuevo Pacto de Cristo (Marcos 14:22-24). Jesús durante su ministerio muchas veces recalcó la verdadera relación de Abrahán con sus seguidores (Mateo 8:11). En Galatas 3:29 Pablo remacha: “Además, si pertenecen a Cristo, realmente son descendencia de Abrahán, herederos respecto a una promesa”
Está clara la relación entre esos 3 pactos ¿Sucederá de igual forma en el aspecto cronológico? Las supuestas coincidencias son increíbles. Ya tenemos una reconstrucción de sucesos en el tiempo fidedigna y que está corroborada por los estudiantes de la Biblia.
En el año 1943 a. EC. Jehová hace su pacto con Abrahán. La Obra Perspicacia para Comprender las Escrituras comenta: “Este hecho indicaría que Abrahán cruzó el Éufrates en camino a Canaán el 14 de Nisán del año 1943 a. E.C.; entonces empezó a regir el pacto abrahámico”. Exactamente 1975 años mas tarde, en el año 33, el 14 de Nisán, Jesús realizó el Nuevo Pacto.
Un razonamiento cuidadoso nos muestra que Adán es el equivalente exacto de Jesús. De esa manera el rescate sería legalmente perfecto. La Obra Perspicacia comenta: “Por consiguiente, el verdadero sacrificio de rescate, un ser humano que realmente pudiese quitar los pecados, también tenía que ser perfecto, sin tacha. Debía corresponder con el perfecto Adán y tener perfección humana para poder pagar el precio de rescate que liberase a la prole de Adán de la deuda, la incapacidad y la esclavitud a la que los vendió su primer padre, Adán. (Compárese con Ro 7:14; Sl 51:5.) Solo de este modo podría satisfacerse la justicia perfecta de Dios, que requiere igual por igual: “alma por alma”. (Éx 21:23-25; Dt 19:21.)”. Ahora bien, es razonable creer que hasta en la edad tenían que ser semejantes. Jesús pagó el rescate a los 33 años. Adán por lo tanto, tendría que haber pecado a los 33 años. El que Adán tuviera que esperar 33 años no es extraño, ya que para un ser perfecto y con la eternidad en mira, 33 años no sería mucho. Además esto concuerda con el hecho de que para el 2008 ya habían pasado 6033 años desde la creación de Adán, ya que el día séptimo no empezó con la creación de Adán. Este último punto ya se ha estudiado en otro estudio profético.
Si Adán fué creado en 4026 a.E.C, en el año 3993 a.E.C Adán tendría 33 años. En ese año entonces pecó, y desde entonces se necesitó el rescate realizándose ese año el Pacto Edénico. Ahora bien es interesante que desde esa fecha pasaron 1975 años hasta el nacimiento de Abrahán en el año 2018 a.E.C. Y recordemos que desde la Alianza de Jehová con Abrahán en 1943 a.E.C hasta la nueva Alianza de Jesús en 33 E.C también hay 1975 años. Ahora bien, desde el año 33 hasta el año 2008, también pasaron 1975 años.
Observamos una asombrosa simetría en la fecha de los Pactos. ¿Qué pudo haber ocurrido el 14 de Nisán de 2008? (Véase nota final). Es probable que el año 2008 se iniciara la cuenta regresiva para cerrar la puerta a los últimos ungidos. En otras palabras hablamos del recogimiento final de éstos. En Daniel 9:24-27 se muestra que Jesús hizo un trabajo en la Tierra que duró una semana de años (7 años). Este empezó en el año 29, el año 33 “fue cortado” el Mesías, y durante los siguientes 3 años y medio se invitó a entrar al Reino a los judíos y a los samaritanos. Ahora en el año 36 se terminó la semana al convertirse el Primer Cristiano Gentil llamado Cornelio. Entonces se abrió la entrada para que la gente de las naciones pudiera ser parte de los 144.000. Por lo tanto, es lógico que en el año 2008 al cumplirse 1975 años exactos desde el Nuevo Pacto (y el doble; 3950 años desde el Pacto Abrahámico) se abriera el periodo (de cuenta regresiva) de los últimos 3 años y medio para que los ungidos de las naciones sean sellados de forma definitiva. Esto ocurrirá para el año 2011 y 2012, y concuerda con el Estudio del Modelo Cronológico del Santuario Publicado antes. Para el año 2012 todos los ungidos ya deberían estar sellados y su recogimiento final terminado. Además, ésto estaría siendo apoyado por el incremento final en el número de participantes de la Conmemoración.
Hay gran simétrica entre las fechas de los Pactos. El año 2008 fue el inicio de una serie de sucesos que han estado armando las piezas para el desenlace final. Apareció el posible Rey del Norte, la religión ha sido puesta en la mira, ha reaparecido con fuerza el terrorismo mundial, se han creado nuevos conflictos y estalló la Crisis Mundial Económica. Todo esto presagia que la Gran Tribulación no es algo muy lejano. Y en 2008 también acontecieron hechos históricos en las congregaciones.
El año 2008 se envió una histórica carta a todas las congregaciones del mundo que indicaba que a partir del 2009 ya no existirían los estudios de libro (la base de las primeras reuniones desde 1881) y que la Gran Tribulación estaba cerca. *
* Nota: La carta pública de abril de 2008 decía en parte: "es esencial que compremos todo el tiempo oportuno" y que nos fortalezcamos en vista de los sucesos que se avecinan (Efesios 5:15,16). El día de Jehová se acerca rápidamente (Sof. 1:14; 2 Pe. 3:12). Así que es mas urgente que nunca que aprovechemos el tiempo que queda para edificarnos sobre "nuestra santísima fe" (Jud. 20)". (Carta pública del Cuerpo Gobernante a todas las congregaciones del mundo Abril 2008).
* Nota: La carta pública de abril de 2008 decía en parte: "es esencial que compremos todo el tiempo oportuno" y que nos fortalezcamos en vista de los sucesos que se avecinan (Efesios 5:15,16). El día de Jehová se acerca rápidamente (Sof. 1:14; 2 Pe. 3:12). Así que es mas urgente que nunca que aprovechemos el tiempo que queda para edificarnos sobre "nuestra santísima fe" (Jud. 20)". (Carta pública del Cuerpo Gobernante a todas las congregaciones del mundo Abril 2008).
Jehová en determinadas fechas ha cumplido sus pactos de fidelidad. Cuando en 33 E.C Cristo iniciaba un Nuevo Pacto, en el fondo demostraba que la promesa a Abrahán estaba cumpliéndose. Hoy, esa promesa y pacto hacía Abrahán sigue en proceso hacia un final feliz. Jehová se ha comprometido para cumplir sus pactos en periodos definidos de tiempo. El comprender éstas cosas nos ayudan a reflexionar en la Mente de Dios y podemos sentirnos confiados en que las promesas se cumplen en los tiempos señalados del Padre.