lunes, 3 de enero de 2011

La Vida Versus el Símbolo - Parte II

Ningún otro tema quizás ha sido tan liberador de pasiones para algunos lectores de éste blog.  En realidad en el artículo anterior he dejado muy claro que los cristianos deberían hacer todo lo humanamente posible por evitar la sangre de forma innecesaria. En operaciones programadas y asuntos que puedan manejarse con antelación, claramente debería existir un planificación adecuada para que el paciente pueda evitar éste asunto. Sin embargo, en situaciones de desiciones rápidas de vida o muerte, una verdadera comprensión de la Santidad de la Vida exige darle más valor al objeto real que al símbolo de ese objeto. Jehová mismo fué razonable con ésto, porque tal como estudiamos en la entrada anterior, en casos en que ciertos animales eran muertos bajo situaciones fuera del control personal del hombre, Dios permitia comer la carne y la sangre. Jehová claramente transmitía que cuando las cosas no obedecen a la voluntad propia, y eran asuntos producto del resultado externo, la Ley no era aplicada de forma irrazonable, sobre todo si la vida humana era puesta en un nivel inferior. Si esto Jehová lo aplicó con la propia Ley de la Sangre, ¿no podría haber una comprensión más madura con respecto a situaciones de urgencia y fuera del control personal de la gente?

Empezando en los últimos años de la década de 1940, la organización de los testigos, en un principio, declaró una prohibición absoluta de la sangre de cualquier manera o forma, ya fuese completa o fraccionada. A partir de 1961 se expulsó de las congregaciones de los testigos de Jehová a cualquiera que pasara por alto este requisito. Luego, con el paso de los años, se añadieron nuevos preceptos, entrando cada vez más y más en aspectos técnicos del tema. La Sociedad tuvo que reconocer que la Biblia solo habla de “Sangre” y no entra en detalles sobre los componentes principales o fracciones menores.
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Ahora la organización clasifica en categorías los elementos sanguíneos como componentes "mayores" o "menores". ¿Habla la Biblia de componentes mayores o menores?  ¿Cuándo le ha concedido Dios la autoridad a hombre alguno para que haga tal división? ¿Sobre qué base cierto porcentaje del total o lo que sea cuál es el punto divisor en el porcentaje separando "mayor" de "menor"? ¿O lo hacen sobre la base de la importancia vital de la función que cada componente tiene? Y si es así, ¿cómo evalúan y determinan la importancia relativa de tal función?
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La misma Sociedad ha reconocido que la prohibición Bíblica solo corresponde a Sangre completa, y por ende, el resto debería quedar a criterio. Sin embargo, se insiste en que los componentes “mayores” están prohibidos para los testigos. Cuando se le ha hecho la pregunta de por qué no ha prohibido el uso de todos los componentes sanguíneos, la Sociedad Wachtower ha explicado sus cambios de política, como el permitir el uso de las fracciones de sangre citadas, por medio de decir que éstas son usadas en "cantidades muy pequeñas" y que esto coloca su uso dentro del campo de la conciencia personal.'  Sin embargo, cuando se examina el asunto de cerca, uno encuentra evidencia que indica, una gran contradicción que desmorona la prohibición de los componentes mayores.
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Las declaraciones en contra del uso de la "sangre completa," tan enérgicamente expresadas por la Sociedad Wacth Tower, suenan muy impresionantes a muchos Testigos. Aunque las transfusiones de sangre completa fueron muy comunes en las décadas del 1950 y del 1960, éstas no obstante, son poco frecuentes hoy en día. En la mayoría de los casos, al paciente se le administra únicamente el componente sanguíneo que necesita. Información provista por la Cruz Roja de Atlanta el 22 de enero de 1990 reveló que sólo el 6 por ciento de toda la sangre donada va a los hospitales como sangre completa el 94 por ciento restante se divide en sus componentes.
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La mayor parte de la sangre se separa en un número determinado de componentes (plasma, leucocitos, eritrocitos [glóbulos rojos], etc.) en el período de tiempo en que se hace la donación. Estos componentes son almacenados para su uso posterior. La mayor parte de ellos serán enviados a centros hospitalarios. Por consiguiente, en la gran mayoría de los casos, cuando un Testigo se encara a una transfusión, la cuestión a la cual tiene que hacer frente no es a una transfusión de sangre completa, sino a la transfusión de alguno de sus componentes.
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Lo extraño e incongruente sobre el uso de los componentes sanguíneos aceptables y no aceptables, está claramente ilustrada en la norma de la Sociedad en cuanto al plasma. Como se podrá ver en alguna ilustración tomada de la revista ¡Despertad!, el plasma compone aproximadamente el 55 por ciento del volumen sanguíneo. Teniendo en cuenta su volumen, la sociedad Watch Tower lo clasifica en la lista de "componentes mayores." No obstante, el plasma está compuesto en un 93 por ciento simplemente de agua. ¿Cuáles son los componentes del 7 por ciento restante? Los principales son: albúmina, globulinas (de las cuales las irununoglobulinas son los componentes más esenciales), fibrinógenos y factores coagulantes (utilizados en las preparaciones hemofílicas).  ¡Y estos son los mismos componentes que la organización alista como permisibles para sus miembros! Aunque el plasma mismo está prohibido, no obstante sus componentes principales son permitidos-a condición de que sean introducidos en el cuerpo por separado. Como dijo cierta persona, esto es como si el médico le dijese al paciente que en adelante ya no podría comer bocadillo con jamón y queso, pero que podría hacerlo si tomaba el bocadillo y separaba el jamón, el queso y el pan y se los comía por separado y no como bocadillo. *
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Nota: Es interesante, que el agua, de la cual está compuesto el plasma en su mayor parte, libremente "circula dentro y fuera de la corriente sanguínea con gran rapidez' y se mezcla con el agua de las células del cuerpo, y los fluídos extracelulares. Así que nunca es un componente constante de la corriente sanguínea. (The New Encyclopedia Britanica, Macropadia, VoLl5 (1987). páginas 129,131.
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Los leucocitos, o "glóbulos blancos," también están prohibidos por la Organización. En realidad, el término "glóbulos blancos" es algo equívoco, en particular si uno los asocia con "glóbulos rojos." Esto es así, porque de hecho la mayoría de los leucocitos en el cuerpo humano están fuera del sistema circulatorio sanguíneo. El cuerpo, normalmente, contiene alrededor de 2 a 3 kilos de leucocitos, y sólo del 2 al 3 por ciento de esta cantidad están dentro del sistema sanguíneo. El 97 o 98 por ciento está esparcido a través del tejido corporal, formando su sistema defensivo (o inmunológico).
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The New Encyclopedia Britannica,Macropoedia, Vol. 15 (1987), página 135,señala que "La mayor parte de los leucocitos está fuera de la circulación, y los pocos que están en el torrente sanguíneo están en tránsito de un lugar aotro." Así pues, el clasificarlos como "componentes mayores de la sangre" es como decir que los pasajeros de un tren constituyen o son una parte integral del personal de servicio del tren. El Dr. C. Guyton, en el libro The Texbook of Medical Physiology, (7th ed., Saunders Company, Filadelfia), página 52, explica que la principal razón del porqué están los leucocitos presentes en la sangre "es simplemente para ser transportados desde la médula espinal o el tejido linfoide a las áreas del cuerpo donde sean necesitados." Esto significa que una persona que reciba el transplante de un órgano recibirá simultáneamente más leucocitos del exterior que si hubiese aceptado una transfusión de sangre. Puesto que la organización Watch Tower ahora permite los trasplantes de órganos, la posición inflexible en contra de los leucocitos (a la misma vez que permite otros componentes de la sangre), no tiene sentido. Esta posición, ciertamente, no puede ser defendida con la lógica, el raciocinio o con base moral o Bíblica alguna, sino sólo con razonamientos humanos. Asímismo, también carece de base razonable la separación arbitraria de la sangre en componentes "mayores y menores". Como hemos visto la organización prohibe el plasma --aunque éste se compone principalmente de agua-- a causa de su volumen (55% del volumen sanguíneo), no obstante, también ¡prohibe los leucocitos, los cuales, según el gráfico de ¡Despertad! componen menos del uno por ciento de la sangre!
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La falta de lógica al mantener esta posición se puede ver en el hecho de que, teniendo la misma cantidad, la leche humana contiene más leucocitos que la sangre. La sangre contiene alrededor de 4.000 a 11.000 leucocitos por milímetro cúbico, mientras que la leche materna durante los primeros meses de lactancia puede llegar a contener hasta 50.000 leucocitos por milímetro cúbico. ¡Esto es de cinco a doce veces más que la cantidad que hay en la sangre!

Estos puntos merecen ser pensados y que se medite en ellos seriamente, puesto que los cristianos no están bajo el código de la ley sino bajo la "ley real del amor" y la "ley de la fe." ¿Es mostrar aprecio por el valor inapreciable de la vida el administrar normas arbitrarias que dictan lo que se tiene que hacer en momentos cruciales? ¿Es una manifestación de amor a Dios o al prójimo el hacer esto sin tener un mandato preciso de la Palabra de Dios para apoyar tal cosa?
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Sin duda, el texto que se usa principalmente en la exposición contra la Sangre es el de Hechos 15:28, 29. Estos versículos contienen la decisión de un concilio reunido en Jerusalén e incluyen las palabras "que se abstengan de cosas sacrificadas a los ídolos y de sangre y de cosas estranguladas y de fornicación." Pero la Biblia no habla de fracciones menores o mayores, componentes principales o secundarios. Esa es una lógica similar a la usada con los trasplantes que por cierto fue desechada, ya que la Biblia no habla de los trasplantes de forma directa. De la misma forma, la Biblia no habla de forma directa del Plasma el cual es un 93 por ciento simple agua, y el resto compuesto por fracciones menores que ¡si son permitidas bajo conciencia! ¿Cuál es la lógica?
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¿Por qué se prohibe la transfusión de glóbulos blancos, mientras que se permite el uso de la albúmina, dado que la albúmina constituye un porcentaje mayor del volumen de la sangre, mientras que la leche y el transplante de órganos están llenos de glóbulos blancos?
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Puesto que la postura de la Sociedad Watchtower es que el usar medicamentos que contengan fracciones de sangre es un asunto de conciencia personal, de la misma forma no podrían prohibirse los llamados componentes “mayores o menores”, los cuales son realmente a fin de cuentas las llamadas “transfusiones modernas”.
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El que no se explique bien estos asuntos a millones, el que no se diga que realmente en la mayoría de los casos ya no se transfunde “sangre completa”, realmente es negar información para que cada persona tenga derecho a escoger.

Apéndice:

Tras haberse donado, la bolsa de sangre se somete al proceso de tipaje de la sangre, a través del cual se identifica el grupo sanguíneo del donante. Tras una primera clasificación, la bolsa pasa al laboratorio de fraccionamiento, y allí se somete a un proceso de centrifugado, que permite la separación de cada uno de sus componentes (plasma, glóbulos rojos y plaquetas).
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Los laboratorios de serología e inmunología serán los últimos recorridos realizados por la sangre. Es aquí donde la sangre es analizada para descartar enfermedades. A partir de allí, la sangre estará en disposición de ayudar a un posible receptor en la forma de los hemoderivados. Por ejemplo,  el Plasma y derivados son requeridos en pacientes con quemaduras graves, enfermos hemofílicos, hepatopatías, etcétera.  Se puede conservar durante un año ya que puede ser congelado. Tras varios procedimientos químicos se pueden extraer a partir de él gammaglobulinas, albúmina o Factor VIII (éste último aplicado en pacientes hemofílicos para la coagulación).
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Finalmente quiero comentarles que me entristece mucho que se ataque éste sitio o al redactor, y se insinúe la acción del maligno, etc, y no se hayan presentado argumentos razonables para refutar la información. En eso destaco a W. Álvares, quién trata de presentar largos argumentos defendiendo su punto de vista, pero evita caer (en general) en la ofensa personal. Con respecto a simplemente tildar de apóstata, etc, me parece que eso no contribuye en nada a una búsqueda sincera de la verdad.