miércoles, 2 de marzo de 2011

Preguntas sobre la entrada anterior

He recibido algunas consultas personales sobre la entrada anterior. Veo que hay una necesidad de que se diga si o no sobre algunas cuestiones. Pues bien, intentaré responder éstas preguntas:

1) ¿Da usted a entender que da lo mismo pertenecer a cualesquier Iglesia?

No, no he dicho eso. La entrada se refiere a pertenecer al cuerpo espiritual de Cristo, el cual está más allá de las fronteras religiosas. Sin embargo, la religión en la que uno se encuentra sí es importante porque te permite tener una área de acción para entrenarse en el amor, servicio al semejante, responsabilidad comunitaria, etc. Éstos valores son importantes en el crecimiento personal, pero la relación con Cristo sigue siendo fundamental. Ahora bien, hay religiones que son superiores a otras en éstos asuntos.

2) ¿Debe un testigo de Jehová dejar su Iglesia?

No, no lo creo. Ni nadie debería presionar o inducir a nadie a tomar esa decisión. La profecía indica que los sistemas como Mala Hierba serán arrancados en la Siega. Notemos la respuesta del Sembrador ante la pregunta de sus hombres: ‘¿Quieres, pues, que vayamos y la juntemos? Él dijo: ‘No; no sea que por casualidad, al juntar la mala hierba, desarraiguen el trigo junto con ella".
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Cómo notamos, puede ser trágico y destructor de la Fe salirse por salirse o desarraigarse antes de tiempo. Pueden ocurrir cosas traumáticas para quienes no están preparados. Otros puede que intenten caer en el extremo de abandonar las responsabilidades éticas y morales de la vida y sentirse libres de toda obligación para con el prójimo. Ámbas situaciones no son sinónimo de la verdadera libertad cristiana y pueden producir otra forma de esclavitud.

El cristiano testigo debe aprovechar su plataforma social religiosa para desarrollar deberes comunitarios de servicio a sus hermanos, pero lo más importante es que forje una relación personal e interior con el Padre y con Cristo Jesús. La idea es que logre una intimidad real con Jesús, y de esa forma ingresar al Cuerpo Espiritual de Jesucristo. El ingreso a ese cuerpo no es visible para ningún ser humano, no hay anuncios en plataforma, ni aplausos de nadie. Es debido a la Fe e intimidad con la Divinidad expresada en Cristo. Es en la soledad del corazón e intimidad del espíritu. Sin embargo, el creyente al conseguir esta comunión logra ser un verdadero pilar en su congregación religiosa, e incluso si desea puede sentirse libre para participar en metas comunes de la afiliación religiosa (como precursorado), pero sin jamás ser esclavizado por éstas y sentirse libre de ellas mismas al verlas como accesorios de su Fe, y no como parte imprescindible de esa Fe.

Jesús participaba en las responsabilidades comunitarias del pueblo judío y celebraba las fiestas religiosas típicas de su día. Lo hizo de forma alegre y lograba adaptarse a esa sociedad porque sabía que podía ayudar a su pueblo desde el interior. Actualmente un cristiano puede usar sus privilegios, asignaciones y responsabilidades como un recurso para beneficiar al prójimo. No obstante, Cristo sabía que todas las formas que rodeaban a su comunión íntima con el Padre algún día cambiarían. Hoy el creyente maduro debe entender éstas cosas. Qué las formas externas sean usadas como herramientas temporales, mientras él se prepara en su interior para el viaje de la vida eterna.