miércoles, 27 de abril de 2011

¿A qué compararé el reino de Dios?

“Y de nuevo dijo: “¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas grandes de harina hasta que toda la masa quedó fermentada” – Lucas 13:20,21
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“Otra ilustración les habló: “El reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres grandes medidas de harina, hasta que toda la masa quedó fermentada” – Mateo 13:33.

Jesús compara en ésta oportunidad al Reino de Dios a los efectos positivos de la levadura. Esta ilustración tiene un gran significado espiritual que tenemos que comprender. Esta ilustración nos ayudará a eliminar nuestros prejuicios e ideas pre-concebidas de lo que debe ser el cristianismo verdadero.

Muchos cristianos alegan que la cantidad numérica, la cantidad de naciones en dónde ellos están presentes, la vastedad de la publicidad religiosa, o los elementos visibles de poder e infraestructura material son una muestra del poder, bendición y el cumplimiento de las profecías. Generalmente se olvida que Dios no evalúa las cosas de acuerdo al éxito ante los ojos o la apariencia externa de las cosas: “No nos estamos recomendando de nuevo a ustedes, sino que les estamos dando un incentivo para jactarse respecto a nosotros, para que tengan [con qué responder] a los que se jactan de la apariencia externa, mas no del corazón” – 2 Corintios 5:12.

El propósito principal de la levadura es servir como catalítico en el proceso de fermentación el cual es esencial para hacer crecer el pan. El propósito de cualquier levadura es producir el gas que hace crecer el pan. La levadura hace esto alimentando las azucares en la harina, y expulsando dióxido de carbono en el proceso. Mientras la levadura alimenta el azúcar produce dióxido de carbono. Sin tener más lugar a donde ir sino hacia arriba, este gas muy lentamente hace crecer el pan. El dióxido de carbono llena miles de burbujas en la harina y una vez el pan es horneado esto produce la textura suave con burbujas adentro. La masa ha sido expandida.

La levadura es más pequeña que la masa. Al verla parece como arena en las manos. No parece que algo como ella pueda tener tanto poder potencial. La levadura nunca hace ruido. Trabaja en completo silencio, casi como que no esta haciendo nada. Sin embargo, al final sus efectos son descubiertos. La levadura contagia siempre a la masa y nada se interpone en su camino. Se necesita una pequeña cantidad para hacer su trabajo transformador y aunque parece poca ella tiene tanto poder que nunca te puedes deshacer de sus efectos. La levadura crece y hace su trabajo bajo la presión del calor. Una vez que la masa recibe la levadura nunca más la puedes sacar de ella. Sus efectos son eternos aunque la levadura siempre seguirá siendo levadura. Ella afectara a la masa pero seguirá siendo levadura.

Así es el Reino de Dios y sus miembros. Ellos trabajan en silencio sin hacer grandes ruidos o alardes de superioridad y de efectos visibles y públicos. El proceso de expansión del pan ocurre mientras la masa esta tapada. Jesús dice: “que una mujer tomó y escondió”. Así es la obra de los verdaderos cristianos. Ellos no utilizan como credenciales ni la cantidad numérica o la extensión de lugares en dónde están esparcidos. No gritan ni claman para “ser vistos por los hombres”.

Los cristianos verdaderos como individuos son como los granos de la levadura. La levadura es unicelular. La levadura es completamente inútil cuando esta junto a mas levadura. La levadura no puede leudar a la levadura. Por eso nunca puede haber dos clases de levadura juntas. Al ser levadura del Reino nosotros somos inútiles en términos de expansión si solo permanecemos juntos en el mismo lugar. Los creyentes esparcidos en sus grupos e iglesias pueden ser una fuerza silenciosa individual que es capaz de transformar el mundo. Sin embargo, deben salir y proclamar con su vida, acciones y palabras que hay una realidad mejor.

No olvidemos que somos inútiles en términos de expansión si solo permanecemos juntos en el mismo lugar. Nuestro destino es leudar al mundo con la presencia de Cristo en nosotros. Recordemos: La levadura es unicelular. Esto es algo desafiante porque ahora hablamos de células y de redes pero debemos entender que dentro de cada uno de nosotros esta la Vida de Cristo con TODO SU PODER para conquistar la tierra.

Si tan solo UNO DE NOSOTROS entra en algún lugar donde no hay iglesias ni creyentes ni células, ESTO SERIA SUFICIENTE PARA INICIAR ALGO GRANDE.

Al entrar en la masa, podemos con nuestros actos, palabras e iluminación ejemplar ser una fuerza para cambiar a la humanidad. Somos la expansión del Reino de Dios que de forma silenciosa ya opera en la humanidad. Cuando somos ejemplos de autorrealización y libertad espiritual ciertamente ejercemos una influencia contagiosa. La levadura solo se activa cuando esta dentro de la masa.
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Una iglesia u organización nominal es un lugar de conservación y almacenamiento donde es imposible leudar al restante de la levadura que esta con nosotros. Prepárate para ser introducido en el mundo, en el ambiente hostil, hay una masa esperando por ti para tomar cuerpo y sabor de Jesús. Enfrentemos con valor el mundo hostil y el calor de la prueba y refinación. Podemos iniciar un proceso de transformación mundial. La predicación bien enfocada puede ser una útil herramienta para introducir la levadura en el mundo.

¿Por qué Jesús dice que la Mujer escondió la levadura “en tres grandes medidas de harina”? ¿Qué son esas medidas de harina? No olvidemos que la harina es la masa en dónde actúa la anónima y silenciosa levadura. Es posible que las “tres medidas de harina” sean las tres grandes agrupaciones de seres humanos que envuelven al mundo.* Estas agrupaciones no son la levadura, pero en el interior de éstas y de forma anónima hay decenas de granos de levadura esparcidos que provocarán un efecto transformador más allá de lo nominal. Finalmente la expansión del Reino será manifiesta.

*Nota: Quizás sean las tres grandes religiones abrahámicas: El judaísmo, el cristianismo y el islam o tal vez sean las tres grandes razas humanas.

La levadura transfiere aroma a la masa y la transforma en un proceso que es hecho casi desde el anonimato. Ella extrae las propiedades de dentro del producto que leuda, se encarga de sacar a relucir las características encerradas en la masa. La levadura fue creada para transformar la naturaleza humana por la incorporación de AIRE o neuma, burbujas que la expanden. Es la presencia del Espiritu Santo como el agente encargado de elevar la temperatura espiritual de nuestras vidas para que seamos manifestados como seres transformados. Una transformación que llegará incluso hasta un plano literal final tal como hemos analizado en otras entradas.

Cada vez que contemplemos el realizar el sublime acto de la alquimia de hacer el pan o algún dulce, meditemos en éstas características de la levadura. Podemos estar maravillados y absortos como niños en la contemplación espiritual con los actos más sencillos de nuestra existencia humana.

Sin duda las palabras de nuestro amado Maestro Jesús van más allá del entendimiento general que tuvieron sus seguidores. Ellos observaban la magia de la transformación de los panes, pero solo ahora comprendemos los intrincados y fascinantes procesos químicos y moleculares envueltos en la transformación de las cosas.

Sí, la transformación está siempre presente. Que nuestra reflexión sea siempre:

SOY LEVADURA DE DIOS, SOY MATERIAL DEL REINO