miércoles, 27 de abril de 2011

¿Qué es el Reino de Dios?

"Otra ilustración les propuso, diciendo: “El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;  la cual es, de hecho, la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la más grande de todas las legumbres, y se hace un árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hallan albergue entre sus ramas”.- Mateo 13: 31-32

En estos versículos así como los que hablan de la Red Barredera se nos muestra un desarrollo o expansión de este Reino, un continuo proceso global que dura varios siglos.

”El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que un hombre halló y escondió; y por el gozo que tiene, va y vende cuantas cosas tiene, y compra aquel campo". - Mateo 13:44

 ”Otra vez: el reino de los cielos es semejante a un comerciante viajero que buscaba perlas excelentes.  Al hallar una perla de gran valor, se fue y prontamente vendió todas las cosas que tenía, y la compró". - Mateo 13: 45,46
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A la par que hay un continuo crecimiento global del reino, aquí notamos que éste involucra un factor personal. Se dice que ese reino es "semejante" a un hombre que hace tal o cual acción. Se habla de una motivación íntima relacionada con ese Reino.

Cuando estudiamos en profundidad los Evangelios notamos un hecho notable. Sabemos que Jesús habla "del Reino de los Cielos" en su predicación. Sin embargo, cuando se nos relatan detalles de lo que incluía dicha predicación de ese Reino, notamos que más que hablar de un concepto dominante sobre una gobernación, Cristo hablaba de un nuevo Concepto sobre Dios, presentándolo como Padre y a los hombres como hermanos. Por ejemplo, el Sermón del Monte es dominado por la declaración del Mensaje de la Fraternidad humana y la Paternidad y Confianza en Dios.

El Maestro aclaró que el reino del cielo debe comenzar con el concepto dual de la verdad de la paternidad de Dios y el hecho correlacionado de la hermandad de los hombres, y debe centrarse en esto. La aceptación de esta enseñanza, aclaró Jesús, liberaría al hombre de su larga esclavitud de miedo animal y al mismo tiempo enriquecería el vivir humano con dones de una nueva vida de libertad espiritual.

En otras palabras,  el Concepto de la gobernación de Dios es mucho más elevada que la básica imagen de un monarca (imagen primitiva humana) sentado en un trono. La expresión "Reino" es en realidad un intento por transmitir en lenguaje humano una realidad mayor y más sublime.

Jesús deseaba transmitir la idea de reino, rey y súbditos como el concepto de familia celestial, Padre celestial, e hijos liberados de Dios ocupados en el servicio gozoso y voluntario de sus semejantes y en la adoración sublime e inteligente de Dios el Padre.
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El "Reino de los Cielos" es una Dominación espiritual basada en el Amor, una Gobernación o Área Familiar de acción del Padre que impregna a todo el Universo. Por ejemplo, el Reino de Inglaterra no solo involucra la Sede de esa gobernación, sino el territorio en donde viven los súbditos que por estar en ese territorio, ya están en ese Reino.
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Jesús nunca se cansó de decirles a los apóstoles que el reino del cielo era su experiencia personal en la comprensión de las cualidades más altas de la vida espiritual; que esas realidades de la experiencia espiritual se traducen progresivamente en niveles nuevos y más altos de certeza divina y grandeza eterna. Por esa razón la ilustración de la Perla del gran precio parte con el "Reino de los Cielos es semejante a un hombre..."
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Pero no olvidemos que Jesús quería enfatizar la verdadera naturaleza de ese "Reino": Una familia universal.
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Jesús enseñó que, por la fe, el creyente entra ahora al reino. En los varios discursos enseñó que dos cosas son esenciales para ingresar al reino por la fe:
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La fe, la sinceridad. Venir como un niñito, para recibir el don de la filiación como un regalo; someterse a hacer, con Fe, la voluntad del Padre, y con una genuina y plena confianza en la sabiduría del Padre; entrar al reino, libre de prejuicios y preconceptos; tener la mente abierta y dispuesta a aprender como un niño pequeño. “Verdaderamente les digo: A menos que ustedes se vuelvan y lleguen a ser como niñitos, de ninguna manera entrarán en el reino de los cielos" - Mateo 18:3
 
El hambre de la verdad. La sed de rectitud, un cambio de la actitud mental, la adquisición de la motivación para ser como Dios y para encontrar a Dios. "Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos"- Mateo 5:3
 
La predicación correcta de las Buenas Nuevas del Reino tiene que incluir necesariamente la realidad de la filiación con Dios y la fraternidad humana. Entonces se proclamará plenamente y correctamente que «el reino de Dios está cerca».
 
Es necesario que ocurra un renacimiento de las enseñanzas verdaderas de Jesús, una redeclaración de sus dichos. Pronto, la paja y el polvo serán sacados de los verdaderos ideales que predicó Jesús. Muchos seres humanos comprometidos con el renacer de la verdad bíblica serán los precursores del redescubrimiento de éstas enseñanzas sublimes y sencillas del Hijo de Dios.
 
El Reino de Dios es un gobierno Celestial muy diferente a las ideas humanas y primitivas sobre lo que es gobernar. Basta con que miremos la creación y su amoroso sistema para comprender la naturaleza de la gobernación de Dios. Cristo quiso transmitir la idea de una Paternidad universal fraternal que controla y sostiene en amor delicado y cuidadoso todas las cosas creadas, incluso nuestra vida.
 
Las enseñanzas de Jesús fueron confudidas con la idea de una gobernación política judía. Actualmente las múltiples iglesias también han distorsionado algunas de sus enseñanzas enfocándose solo en una especie de gobernación seglar celestial distante. Muchas veces se intentan ver los asuntos desde la óptica humana distorsionada.
 
Nunca olvidemos que los monarcas y reyes son subproductos inferiores y posteriores a la rebelión de Edén. Nunca estuvo en el propósito de Dios que el hombre se alzara como gobernante sobre su prójimo. Creer que el arreglo celestial superior y anterior al hombre es una copia de un arreglo de hechura humana demuestra gran miopía cósmica. Es el hombre el que está hecho a la imagen de Dios y no Dios hecho a la imagen del hombre.
 
La expresión "Reino" utilizada por Jesús no debe simplificarse a un concepto humano tan básico como una simple monarquía. Jesús utilizó esa frase como una analogía para describir la expansión de la influencia del amor de Dios sobre la humanidad. Los judíos esperaban un reino material y Cristo usó esa misma frase para introducir la idea de un Reino espiritual y una fraternidad basada en el amor.
 
La predicación de las buenas noticias del Reino tiene que incluir necesariamente el corazón de lo que es ese Reino: Se debe hablar de la filiación con Dios, de sentir y descubrir la Paternidad de Dios en toda su amplitud y de experimentar que todos los hombres son Hijos de Dios. El mensaje debe consistir en mostrar estos asuntos en una dimensión real y práctica para la vida de cada persona. Se trata de ayudar al gran descubrimiento personal.
 
 "Él nos libró de la autoridad de la oscuridad y nos transfirió al reino del Hijo de su amor,  por medio de quien tenemos nuestra liberación por rescate, el perdón de nuestros pecados" (Colosenses 1:13,14)
 
El papel de Jesús como Rey sobrehumano tiene que ver con que él recibirá el reino de su Padre y regresara a la Tierra para iniciar una Nueva Edad, una Recreación, en dónde el proceso de la fraternidad humana y paternidad con Dios se acelerará hasta que toda la Tierra sea un mundo anclado en la luz que adore al Padre Universal. Entonces el mundo entero será una familia.