sábado, 4 de junio de 2011

Nuestra gran misión

El evangelio del Reino de los cielos, predicado por Jesús, contiene el secreto de la civilización verdadera. Un mundo en amor y luz que unirá en una gran familia a toda la Tierra.

"Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. El que permanece en unión conmigo, y yo en unión con él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes no pueden hacer nada"- Juan 15:5.

"Por lo tanto, como han aceptado a Cristo Jesús el Señor, sigan andando en unión con él,  arraigados y siendo edificados en él y siendo estabilizados en la fe, así como se les enseñó, rebosando de [fe] en acción de gracias" - Colosenses 2:6,7.

Es mediante la vida y las enseñanzas de Cristo que podemos predicar las Buenas Nuevas sobre él y su mensaje. La realidad de la experiencia religiosa se encuentra al vivir y compartir esta luz de vida con personas que están deseosas y preparadas para oír el mensaje de la verdadera gracia salvadora, que es el de “la paternidad de Dios y la hermandad de los hombres.” Este es el auténtico Reino de Dios. Esta verdad se descubrirá en su totalidad en la vida eternal – una nueva realidad viviente nacida de la existencia mortal embriónica de la criatura, es decir el estado corpóreo en el cual estamos ahora viviendo. El “kerygma” (mensaje) dador de luz, proviene del agua de vida... la buena nueva del mensaje de Jesús, que ahora estamos re-descubriendo en la época de su inminente llegada.

¿Qué es la proclamación del Evangelio del Reino? Consiste en la proclamación de la Realidad de la Paternidad de Dios y la Fraternidad Humana. El Gobierno celestial realmente es una familia de Amor y conciencia universal, una nueva realidad viviente. Todo el Mensaje de Jesús involucra esa realidad.

¿Estamos listos para esa proclamación?

Cómo una forma de ayudar a los lectores de éste blog a comenzar a proclamar el auténtico mensaje, en las entradas siguientes se presentara una guía que cada cual deberá adaptar de acuerdo a sus propias circunstancias personales.

Ciertamente podemos llenarnos de entusiasmo ante la Obra Final que será proclamada en la Tierra. Sin duda debemos estar listos para la fase final de la gran misión.

Un abrazo a los lectores.