domingo, 28 de agosto de 2011

La emergencia por la tormenta Irene "no se ha acabado", dijo el presidente Barack Obama

WASHINGTON, DC - El presidente Barack Obama dijo que la emergencia por la tormenta tropical Irene no había terminado y que los esfuerzos de recuperación podrían llevar varios días o semanas en la costa este.


"Esto no acabó. Los impactos de esta tormenta se sentirán por algún tiempo", dijo Obama en una corta declaración en el rosedal de la Casa Blanca.

El presidente ordenó a las instituciones que asisten a la población por la tormenta tropical Irene a mantener los esfuerzos de recuperación, luego de recibir un informe pormenorizado de daños.

Obama se reunió con el vicepresidente Joe Biden, la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, el administrador de la Agencia federal de Administración de Emergencias (FEMA), Craig Fugate, y el secretario de Energía, Stephen Chu.

El mandatario ordenó continuar esfuerzos para recuperar energía, transporte e infraestructura.

Según compañías de suministro eléctrico, en la región que azotó Irene, primero como huracán y luego como tormenta tropical, hay unos cuatro millones y medio de personas sin servicios de electricidad.

Irene provocó al menos 14 muertes confirmadas y cinco más en investigación, y originó pérdidas multimillonarias, especialmente entre Nueva York y Nueva Jersey.

En Carolina del Norte y Virginia principalmente el ciclón dañó puentes y otras infraestructuras. Equipos de soldados de la Guardia Nacional colaboran en restaurar también calles y avenidas en las que la tormenta derribó árboles y anuncios.

Degradado a tormenta, pero...

Irene perdió fuerza de huracán el domingo y fue degradado a tormenta tropical, pero el meteoro mantenía su peligrosidad mientras atravesaba una ciudad de Nueva York obligada a detener su actividad acostumbrada, dejando tras de sí una costa este aturdida: por lo menos 14 muertos, extensas inundaciones y cuatro millones de hogares sin electricidad.

Mientras las olas seguían golpeado la orilla de Connecticut, al este de la ciudad más poblada de Estados Unidos, el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg levantó la orden de evacuación para 370.000 habitantes de zonas de baja elevación. No se sabía de inmediato cuándo se reanudaría el servicio de tránsito público, pero la bolsa de valores estaba lista para la apertura de la jornada del lunes.

Las inundaciones afectaron algunas calles situadas a la orilla de Nueva York, pero la ciudad pareció salir bien librada de los peores temores de un desastre urbano: extensos apagones, vidrios rotos en los edificios altos e inundaciones graves.

"Tomando en cuenta todo, estamos en una buena situación", dijo Bloomberg.

Aún es muy peligrosa

Los habitantes de la región de Nueva Inglaterra sentían los efectos más graves el domingo por la tarde. La tormenta, debilitada pero aún peligrosa, provocará inundaciones y vientos que podrán derrumbar árboles en tierra ya saturada por lluvias anteriores. Se prevé que la tormenta atraviese el este de Canadá el domingo por la noche.

Los vientos de Irene se debilitaron a 80 kilómetros por hora (50 millas por hora), muy por debajo de los 119 kph (74 mph) que lo harían un huracán. El meteoro aún era enorme y poderoso, y avanzaba con el doble de velocidad que el día anterior.

La secretaria de seguridad nacional Janet Napolitano dijo que el presidente Barack Obama fue informado acerca de Irene el domingo por la mañana y ordenó a funcionarios federales a continuar con sus esfuerzos intensos por enfrentar los efectos de la tormenta. Napolitano dijo que la mayoría de las áreas han superado lo peor de la tormenta, pero advirtió que las comunidades que aún se encuentran en el camino de Irene deben permanecer alertas a pesar de que la tormenta se ha debilitado.

Las autoridades de Nueva York ciudad dijeron el domingo que las lluvias caídas durante la noche superaron la capacidad de descarga del alcantarillado, lo cual causó corrientes en las calles.

El agua de mar procedente del puerto de Nueva York alcanzaba la orilla de la acera del parque Battery, en el extremo sur de Manhattan.

Inundaciones por doquier

A lo largo de la costa, en los vecindarios exteriores, las inundaciones eran peores. El agua del océano llegaba a las calles principales de Rockaways, una península en Queens cuya evacuación ordenó el alcalde Michael Bloomberg.

En Brooklyn, algunas calles de Coney Island también estaban bajo el agua, y en Red Hook, a lo largo del puerto, el agua había penetrado hasta 90 metros (100 yardas).

La enorme tormenta _de 805 kilómetros (500 millas) de ancho_ había amenazado a 65 millones de personas en la costa del Atlántico, el mayor número de estadounidenses afectados jamás por un solo meteoro.

Nueva York estaba extrañamente tranquilo. En una ciudad donde pocas personas utilizan automóviles propios, la población prefirió quedarse en sus viviendas.

Todo el sistema de transporte colectivo permaneció cerrado debido al clima, por primera vez en la historia. Todos los aeropuertos de la ciudad estaban cerrados, con más de 9.000 vuelos cancelados. Todos los espectáculos de Broadway, los juegos de béisbol y otros eventos fueron cancelados o pospuestos.

En Times Square, las tiendas estaban cerradas con tablas en las ventanas y había sacos de arena apilados fuera de las tiendas. Las obras de construcción en el sitio donde se alzaban las torres gemelas estaban suspendidas. Sin embargo, los taxis seguían operando.

Washington D.C. se preparó también para la llegada de Irene, lo mismo que Filadelfia, la costa de Nueva Jersey y el área metropolitana de Boston.

El sistema de tormenta también trajo una gran cantidad de lluvia y bandas de nubosidad de hasta 805 kilómetros (500 millas) y amenaza a un arco de ciudades donde residen 65 millones de habitantes.

Muertos por árboles

Entre los muertos, al menos 10 fueron por caída de árboles o carros que se estrellaron contra árboles. Las víctimas incluyen cinco en Carolina del Norte, cuatro en Virginia, dos en Florida, tres en Pensilvania y uno de cada uno de los estados de Nueva York, Connecticut, Maryland y Nueva Jersey.

Cuando todavía tenía fuerza de huracán de categoría 1, Irene entró a tierra en la costa de Nueva Jersey el domingo por la madrugada. El Centro Nacional de Huracanes dijo que el vórtice entró cerca del islote Little Egg a las 5.35 horas locales. Fueron emitidas alertas de huracán para las costas de Virginia hasta Sagamore Beach en Massachusetts.

El meteoro, debilitado pero aún peligroso, paralizó la ciudad de Nueva York, desató fuertes lluvias en Carolina del Norte y Virginia y dejó sin energía eléctrica a millones de hogares y negocios. Provocó tornados en Virginia, Maryland y Delaware.